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Big Papi entre los mejores de Boston

Dada la colección de bateadores estrellas – leyendas, realmente — que han pasado por los Medias Rojas a lo largo de los años, identificar las mejores cinco temporadas individuales en la historia del equipo es una tarea complicada.

Pero hemos decidido seguir adelante y hacerlo. De Ted Williams a Carl Yastrzemski a Jim Rice a David Ortiz a Mookie Betts, hay muchos veranos de antología para elegir.

Aquí está la opinión de una persona – la mía – sobre los mejores cinco. Para compartir los puestos, no incluimos a un mismo jugador más de una vez.

1. Carl Yastrzemski, 1967

Dato clave: Su WAR de 12.5 (Baseball Reference) es el mejor para una temporada en la historia del equipo

En la temporada del Sueño Imposible de 1967, el motor de los Medias Rojas, en el plato y a la defensa, fue “Yaz”. El jardinero izquierdo y miembro del Salón de la Fama ganó la Triple Corona bateando .323 con 44 jonrones y 121 empujadas. El venezolano Miguel Cabrera (2012) es el único jugador que ha ganado una Triple Corona desde entonces.

Yastrzemski también encabezó la Liga Americana en anotadas, hits, porcentaje de embasarse, slugging, OPS, OPS+ y total de bases alcanzadas. Fue una exhibición de talento en que la “Yaz” respondió una y otra vez a la hora pequeña. Con los Medias Rojas luchando por el banderín de la Americana y necesitados de sus últimos dos juegos de la campaña regular para lograrlo, “Yaz” se fue de 8-7.

2. Ted Williams, 1941

Dato clave: Encabezó las Grandes Ligas en ocho categorías ofensivas

La realidad es que uno podría elegir cualquiera de las temporadas de Williams y sería una de las mejores en la historia de los Medias Rojas. Pero esta se destaca, porque fue el año en el que bateó. 406. En el 2021 se cumplirá el 80mo aniversario de aquella gesta y nadie ha bateado .400 desde entonces. El solo promedio de bateo habría hecho de esa campaña una histórica, pero además hay que añadirle que Williams lideró las Mayores en anotadas (135), cuadrangulares (37), bases por bolas (147), porcentaje de embasarse (.553), slugging (.735) y OPS+ (235).

3. Mookie Betts, 2018

Dato clave: OPS de 1.078, un tope personal

Los Medias Rojas impusieron una marca de la franquicia ese año con 108 triunfos y su primer bate fue la bujía del ataque. El WAR de 10.6 de Betts aquella temporada es sólo superado por el de “Yaz” en 1967 entre los mejores de la historia del club. Betts alcanzó su cúspide con una serie de herramientas más diversas que el resto de los grandes jugadores de Boston. Lo hizo con un impresionante control del bate y también con poder, mucha velocidad, un gran alcance y un cañón de brazo mientras patrullaba el jardín derecho.

Betts ganó el título de bateo con promedio de .346 y además encabezó las Grandes Ligas con 129 anotadas y slugging de .640. En 131 partidos, Betts conectó 32 cuadrangulares y empujó 80 carreras. Además, se robó 30 bases, convirtiéndose en apenas el segundo 30-30 en la historia del equipo, después de Jacoby Ellsbury en el 2011.

4. Jim Rice, 1978

Dato clave: Su total de 406 bases alcanzadas todavía es el récord del club

Antes de adentrarnos en los números, hay que apuntar que Rice jugó cada uno de los 163 encuentros de los Patirrojos aquel año, incluyendo la durísima derrota ante los Yankees en el juego de desempate. Rice encabezó las Grandes Ligas en veces al bate (677), hits (213), triples (15), jonrones (46), impulsadas (139) y slugging (.600), bateando .315. Su OPS de .970 fue el mejor de la Americana. Pero probablemente la estadística más impresionante de todas fueron ese total de 406 bases alcanzadas.

5. David Ortiz, 2007

Dato clave: Su porcentaje de embasarse de .445 es el segundo mejor para los Medias Rojas en una temporada durante el siglo XXI

Dada la cantidad de tremendas temporadas que tuvo el dominicano en los Medias Rojas, es difícil elegir la mejor. ¿Por qué nos quedamos con el 2007? Probablemente porque Ortiz puso sus clásicos números de poder y además añadió un promedio de .332, el mejor de su carrera. Y eso es más impresionante aun cuando se considera que jugó con un menisco roto en la rodilla derecha. También lideró la Americana con 111 bases por bolas y porcentaje de embasarse de .445. Pieza central del equipo que ganó la Serie Mundial ese año barriendo a los Rockies, Ortiz dejó una marca personal de dobles (52), además de 35 vuelacercas, 117 empujadas, 116 anotadas y OPS de 1.066.

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