No todas las victorias saben igual. Tras mejorar en el triunfo ante el Milan del miércoles, la Juventus involucionó y venció con apuros a la versión más madura del Sassuolo. Los goles de Ramsey y Cristiano en el último suspiro rescataron a una ‘Vecchia Signora‘ que mostró grietas en defensa y fue dominada por un equipo en inferioridad numérica desde antes del descanso. El luso maquilló su actuación con el gol 759 de su carrera, que lo igualó a Josef Bican realizador de la historia.
De entrada, Andrea Pirlo debió sobreponerse a las bajas por coronavirus de Cuadrado, Alex Sandro y De Ligt -todos ellos titulares-. Morata, todavía renqueante, empezó desde el banquillo y Arthur regresó a la titularidad cuatro partidos después. Asimismo, sorprendió que De Zerbi, sin el lesionado Berardi, prescindiera de Boga. Salió sin extremos puros y pobló el centro del campo.
Estaba servida la partida de ajedrez entre dos técnicos con muchos puntos en común. Ambos de Brescia, nacidos en 1979, con pasado ‘rossonero’ y exjugadores con vocación ofensiva. Arrancó con más ímpetu la Juve, con dos intentos de Cristiano y Frabotta que se marcharon cerca de la madera, pero pronto se diluyó en un primer tiempo muy conservador. Primaron las defensas en un juego lento y horizontal, alérgico al riesgo.
El Sassuolo, acostumbrado a hincar la rondilla ante los grandes, priorizó la solidez. Jugó fuerte, sin esconder la pierna en ningún lance. Lo sufrió Pirlo, que antes del descanso reemplazó por lesión a McKennie y Dybala. Una entrega en la que se excedió Obiang, expulsado antes del descanso por una entrada criminal sobre Chiesa. La acción desajustó a los ‘neroverdi’, pero la Juve perdonó por partida doble antes del receso.