Peter Sagan fue el vencedor de la primera etapa en línea del Tour de Romandía. El eslovaco de 31 años era el gran favorito en el esprint del extenso grupo que llegó destacado a Martigny, en la sede de la UCI. Y demostró que, sin el dominio que lució años atrás, aún le queda potencia y calidad para seguir sumando victorias de prestigio. Su punta de velocidad y su habilidad para colocarse en la llegada le permitieron alcanzar su segunda conquista del año, las dos en etapas de vueltas World Tour como fue el estreno de su casillero en la Volta y la de este miércoles en Romandía.

No hubo cambios en la general, que sigue con Rohan Dennis al frente, escoltado por Thomas y Porte, todos ciclistas del Ineos. Y el equipo británico parece que se siente cómodo en la faceta de dominador, porque fue su control el que no permitió las aventuras. La escapada más constante, formada por Boaro (Astana), Conca (Lotto Soudal), Arensman (DSM), Ulissi (UAE), Power (Qhubeka) y Suter (Bingoal) fue neutralizada al llegar a la parte decisiva. Tampoco pudieron hacer camino rodadores como Cavagna (Deceuninck) o Kung (Groupama), ya que la velocidad en el grupo principal aumentaba, y con ella se produjo alguna caída, como la que afectó al español Javier Romo (Astana).

Sólo cuando la carrera llegó al tramo decisivo, equipos como el Bahrain, pensando en Colbrelli, y el Bora, consciente de que Sagan ha llegado en forma, tomaron la iniciativa. El eslovaco se movió en esos últimos kilómetros con soltura y arriesgó para encarar la línea de meta en una posición cómoda. Aún así, aún tuvo que sofocar el intento de Colbrelli de lanzar la llegada antes de que el del Bora se pusiera de pie. No fue suficiente para sorprenderle, porque a Sagan aún le sobra potencia para hacer 200 metros a una punta de velocidad enorme. Lo demostró y sumó un triunfo más a un palmarés que asciende ya hasta las 116 conquistas.