Wilder sigue buscando excusas

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Wilder sigue buscando excusas

Deontay Wilder, que perdió su título mundial del peso pesado en su segundo combate contra Tyson Fury, ha roto su silencio y ha ofrecido una serie de excusas al respecto de su derrota contra el ‘Rey Gitano’. En su momento ya se quejó del traje que llevó puesto antes del combate e incluso sabíamos que dejó de contar con uno de sus entrenadores, Mark Breland, por arrojar la toalla. Ahora su repertorio va mucho más allá. Recogemos aquí algunas de sus afirmaciones en una entrevista que ha realizado para el canal de Youtube, 78SPORTSTV.

El agua

“Unos 15 minutos antes de salir a la pelea, calentando ya con los guantes puestos, estaba perfecto, me sentía genial… hasta que fui hacia el ring. Fue una transformación; estaba bebiendo agua y esas cosas, tratando de mantenerme hidratado, y simplemente empecé a sentirme raro. Mi agua me cambió, como si tomara un relajante muscular o algo así. […] No fue sólo el traje que llevaba, mi agua fue manipulada. Era como si no tuviera control sobre mi cuerpo, mis piernas estaban débiles y cosas así”.

El traje

“No es que me hiciera daño, en absoluto, pero el hecho es que mi traje era demasiado pesado para mí. No tenía piernas desde el comienzo de la pelea. En el tercer asalto, mis piernas ya desaparecieron hasta el final. Sólo pude probármelo la noche anterior, pero no pensé que fuera a pesar tanto. Eran 40 libras (18 kg) con el casco y todas las baterías”. Lo curioso es que Wilder se ha jactado en más de una ocasión de que realiza sesiones de entrenamiento con chalecos de 20 kg. Antes del combate, Deontay dijo que ese traje sería una pieza histórica.

Mark Breland tira la toalla

“Ese hijo de **** ni siquiera me hizo una advertencia. Si eres parte de esta trama, era algo que no le importaba hacer porque tenía que cumplir con su obligación. En el séptimo asalto yo me estaba recuperando y de repente tira la toalla”. Recordemos que cuando Mark Breland tira la toalla, Wilder estaba arrinconado recibiendo golpes. El ‘Bombardero’ dijo al día siguiente de perder que despediría a Breland, quien fuera campeón del mundo del peso wélter y campeón olímpico en Los Ángeles. Tras el calentón, reculó, pero cuando inició su nuevo campamento ya no lo llamó.

Los guantes de Fury

Se trata de un tema que antes ya se abordó en las redes sociales y al que ahora Wilder da crédito. “En la primera pelea con Ricky Hatton en su esquina, se bajó los guantes para poner los puños en una posición incorrecta. Intentaron el mismo método en la segunda pelea y esta vez me rasgaron la carne de las orejas, lo que hizo que sangraran. Creo firmemente que puso algo duro en su guante, algo con la forma y el tamaño de un huevo. Es la razón por la que los laterales de mi cabeza se hincharon como un huevo y me dejó lleno de chichones la cabeza”. Suena extraño, pues un miembro del equipo arbitral y alguien de su equipo deberían haber visto cómo se vendaba y se ponía a Fury sus guantes.

El árbitro

“Kenny Bayless vino a mi vestuario, me miró a los ojos y me dijo que si golpeaba a Fury en la parte posterior de la cabeza, un golpe de conejo, o si le golpeaba le pegaba cuando sonara la campana, me descalificaría o me restaría dos puntos. Supongo que esas reglas sólo se aplicaban a mí, porque no fue así con mi oponente. Me golpeó en la nuca y en la cabeza toda la noche y Bayless no hizo nada al respecto, hasta el punto en que me salieron muchos bultos y moretones. Su actitud fue muy frustrante para mí”.

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