Irving: «Estamos uniendo al mundo»

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Irving: «Estamos uniendo al mundo»

Los Nets ya estan en semifinales. Los Celtics, por medio de un Jayson Tatum estratosférico, que ha promediado 30,6 puntos en la serie, consiguieron forzar el quinto partido, pero los milagros no han dado para más. Era muy complicado. Por un lado, llegaban, play-in mediante, tras una temporada para olvidar, marcada por las lesiones y los contratiempos inesperados; por el otro, tenían delante a toda una superpotencia, a los nuevos Brooklyn Nets, al big-three del Este. Antes de entrar en la serie, Danny Ainge ya advirtió nuevos aires: «Buscaremos cambios. Obviamente, no puedo entrar en detalles. Pero sí, habrá cambios. ¿Cómo de significativos? Aún no lo sé. Ya veremos», aseguró. Con los Tatum, Jaylen Brown, Marcus Smart y compañía el futuro está asegurado, pero el proyecto ya necesita de presente. Solamente un anillo en los últimos 36 años sabe a muy poco para la franquicia más laureada de la historia de la NBA, con permiso de Los Angeles Lakers. Después de cuatro temporadas, los de Brad Stevens no harán acto de presencia en las semifinales de Conferencia. Después de seis, en cambio, los de la Gran Manzana vuelven a ellas. Caminos cruzados y, hasta cierto punto, entrelazados.

En 2013, de la mano de Mikhail Prokhorov, los Nets protagonizaban una de las operaciones más nefastas, para sus intereses, de la historia. Llegaban, desde Boston, Kevin Garnett, Paul Pierce, Jason Terry y D.J. White como intento de una reconstrucción condenada al fracaso. Ainge, por su parte, se hacía con una retahíla de rondas del drat que, ahora, ha tomado forma como base del equipo (Tatum y Brown) y que, en su día, permitieron la llegada de Kyrie Irving. Un movimiento que significaba un impulso mayor en la persecución del anillo, pero que, al final, se ha quedado en una historia para el olvido. Esta misma serie ha sido una prueba de ello. Irving, desde temprano, caldeó el ambiente tachando a Boston de racista. Ya en su antiguo pabellón, dejó una imagen de dudoso honor: tras terminar el partido, se dirigió al centro de la pista, donde, de forma vehemente y premeditada, pisó el logo de la franquicia. El Garden, seguidamente, respondió con una acción vergonzante: al final del cuarto partido, una botella, tirada desde las gradas, casi impacta en la cabeza del jugador. El espectador en cuestión, detenido de inmediato, no podrá volver a disfrutar de los Celtics en directo.

Kyrie no es un jugador convencional y todo lo acaecido durante estos últimos partidos es una muestra más. Su colección de acciones y declaraciones sonadas sólo crece con el paso del tiempo y, tras el útlimo partido de la eliminatoria, ha dejado una más. «Estamos uniendo al mundo entero con esta carrera por el campeonato, así que espero que todos estén con nosotros. Unimos al mundo entero, es así. Quédate con nosotros, ‘baby'», ha declarado ante la prensa. En ocasiones anteriores, el base ya había demostrado su voluntad de conseguir la paz en el mundo y, ahora, según él, los Nets están ayudando a ello con su camino hacia el anillo.

Una más. Una de un jugador que, a principios de temporada, desapareció de forma repentina y que, al volver, aseguró que necesitaba tomarse un tiempo. Una de un jugador que, por un lado, es capaz de asegurar que la Tierra es plana y, por el otro, de colaborar con multitud de ONG y causas sociales. Como humano, y como él mismo admite, es difícil de entender; pero como jugador, y como ha demostrado en esta misma serie, es una fuente inacabable de talento que entiende (une, según él) todo el mundo. Ha ido de menos a más, desquitándose en el partido del «botellazo» con 39 puntos, y ha formado parte de un tridente que, en conjunto, ha promediado 85,2 puntos. Más que New Yok Knicks, al completo, en los playoffs de 1999. Un arsenal prácticamente sin parangón que, ahora, medirá sus fuerzas con Milwaukee Bucks. Choque de estilos, de fuerzas y de realidades. De dos proyectos que, aunque se encuentren en momentos distintos, sienten la obligación de ganar. James Harden frente a Jrue Holiday, Giannis Antetokounmpo frente a Kevin Durant o Khris Middleton frente al propio Kyrie. El espectáculo está asegurado y los titulares en rueda de prensa, también.

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