Se moviliza el deporte de USA buscando el voto contra Trump

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Se moviliza el deporte de USA buscando el voto contra Trump

Las grandes ligas deportivas en Estados Unidos se están disputando sin público. Las gradas están vacías y no hay fecha para el retorno de los fans a sus asientos. El coronavirus manda y los estadios y pabellones son páramos por obligación. Al menos hasta el próximo 3 de noviembre (y en los días previos), cuando los estadounidenses vayan a votar. No pocos equipos profesionales han ofrecido sus feudos para que el pueblo pueda ir a las urnas con todas las medidas sanitarias de seguridad, evitando aglomeraciones y favoreciendo la distancia social. Lo que sea necesario para que nadie se quede sin emitir su voto por miedo al covid19. “Nuestra misión no es sólo ayudar ofreciendo recintos de grandes dimensiones, sino dar la posibilidad a miles o incluso millones de votantes de contar con mucho más acceso a los lugares de voto con las mejores garantías de seguridad e integridad”, explica Eugene Jarecki, uno de las caras visibles del Election Super Centers Project, el movimiento detrás de esta alternativa. Lo que sea necesario para que no salga reelegido un Donald Trump al que la mayoría de equipos y deportistas han vuelto y vuelven la espalda. Un Donald Trump que ironiza y frivoliza cuando tiene que ver con la tremenda crisis sanitaria mundial por la que pasamos, que desprecia y humilla cuando se trata de cuestiones raciales y que no representa en absoluto a la mayoría del deporte en su país.

Desde los estadios de fútbol americano a los de béisbol, pasando por los pabellones de baloncesto hockey sobre hielo y llegando hasta los campos de soccer, aunque estos últimos de una forma casi testimonial con sólo dos ‘sedes’ (Los Angeles FC y Seattle Sounders). Nadie tendrá excusa para no saber dónde votar con tranquilidad. En las elecciones de 2016, sólo el 59.6% de la población con edad y condiciones para votar hicieron uso de este derecho (en 2012, cuando salió elegido Barack Obama, el porcentaje de voto fue del 66.6%). Donald Trump se convirtió en el 45º presidente de los Estados Unidos, venciendo a Hillary Cliton por 304 votos presidenciales por 227 de su rival. El miedo que tienen los detractores del actual mandamás es que se repita la historia por culpa de la abstención. Entre esos detractores están la inmensa mayoría de los deportistas, que han recibido el respaldo logístico de las franquicias a las que pertenecen. Los ciudadanos se desviven por sus equipos favoritos, creen en ellos, creen en la marca que representan y con la que se identifican cientos de miles de personas en todo el país. Las franquicias deportivas se convierten en poco menos que en mensajeros del sentir de los fans y ofrecen la confianza suficiente para que el pueblo vaya a votar. Hay pocas cosas en Estados Unidos que muevan más a la gente que los deportes.

El lugar perfecto para votar

Expertos en salud han dado su visto bueno al uso de los recintos deportivos como voting centers. Son lugares espaciosos, normalmente con capacidad para más de 70.000 espectadores, donde la distancia social es mucho más que posible, suelen estar cerca de estaciones de transporte público y, en gran parte, se trata de lugares al aire libre. Motivos más que suficientes para que la implicación de las franquicias sea notoria. Un total de 13 equipos de la NFL de fútbol americano han ofrecido sus estadios (Atlanta Falcons, Carolina Panthers, Detroit Lions, Green Bay Packers, Houston Texans, Indianapolis Colts, Kansas City Chiefs, Los Angeles Chargers, Los Angeles Rams, San Francisco 49ers, Seattle Seahawks, Tampa Bay Buccaneers y Washington Football Teams), y sólo en el estado de cinco de ellos no ganó Trump hace cuatro años: California, Washington y Distrito de Columbia.

El caso del béisbol es un tanto peculiar. Se trata de un deporte más ‘tradicional’, con propietarios más ‘tradicionales’, pero aun así la MLB tendrá sus voting centers en forma de estadios al aire libre en su mayoría y con capacidad para alrededor de más de 40.000 espectadores. Varias ciudades repiten, aunque sólo cinco equipos han puesto su recinto deportivo a la disposición de los votantes (Baltimore Orioles, Boston Red Sox, Los Angeles Dodgers, Milwaukee Bucks y Washington Nationals), dándose la curiosidad de que tres de ellas pertenencen a estados en los que Donald Trump salió derrotado en 2016.

Pabellones míticos como voting center

Si nos centramos en el baloncesto y el hockey sobre hielo, la NBA y la NHL unen fuerzas para convertir sus pabellones en lugares para emitir el voto. El caso más llamativo es el del legendario Madison Square Garden neoyorquino, casa de los Knicks, las Liberty y los Rangers. Un total de 19 equipos profesionales de baloncesto cederán sus casas (Atlanta Hawks, Brooklyn Nets, Charlotte Hornets, Cleveland Cavaliers, Dallas Mavericks, Detroit Pistons, Golden State Warriors, Houston Rockets, Indiana Pacers, Los Angeles Lakers, Los Angeles Clippers, New York Knicks, Oklahoma City Thunder, Orlando Magic, Phoenix Suns, Sacramento Kings, San Antonio Spurs, Utah Jazz y Washington Wizards), siendo algunas de ellas también el feudo de los conjuntos de la NHL de la ciudad (Los Angeles Kings, New Jersey Devils, New York Rangers, TampaBay Lightings y Washington Capitals), así como de la WNBA de baloncesto femeino (Dallas Wings, Indiana Fever, Los Angeles Sparks, Minnesota Lynx, New York Liberty, Phoenix Mercury, Washington Mystics). Hasta quince estados contarán con uno o varios puntos de voto, de los cuales sólo cinco no son pro Trump: California, Distrito de Columbia, Minnesota, New York y New Jersey.

La NBA contra Trump

No es de extrañar que la NBA sea el deporte estadounidense más implicado en todo este asunto de los voting centersLa liga de baloncesto ha sido la que ha gritado más alto contra las desigualdades y las injusticias sociales en los últimos tiempos. Se podría decir incluso que la NBA y sus jugadores han sido uno de los grandes líderes del movimiento Black Lives Matter, como protesta al racismo en el país de las barras y estrellas. Sin ir más lejos, después de todo el esfuerzo que puso la Liga en reanudar la competición tras el parón obligado por la crisis mundial por pandemia de coronavirus, los equipos decidieron plantarse ante las injusticias raciales y no disputaron partidos durante un par de jornadas. Sus reivindicaciones durante la burbuja de Orlando han sido y son continuas, y no se van a terminar cuando la temporada baje el cierre en los próximos días con la conclusión de las Finales.

LeBron James está siendo uno de los más centrados en este tema. La estrella de Los Angeles Lakers ha querido hacer valer su repercusión mediático y social para aportar su particular granito (montaña) de arena en la lucha contra Donald Trump y una posible reelección del actual presidente. La iniciativa More Than A Vote, vinculada a su movimiento More Than A Game con el que quiere hacer valer el peso de los deportistas en la sociedad norteamericana, está siendo su mejor arma y la principal culpable de que los estadios de fútbol americano, béisbol, baloncesto, hockey y soccer se conviertan en voting centers. “Puede que sea nuevo en Los Angeles, pero no me ha llevado demasiado tiempo darme cuenta de la especial relación que hay entre los diferente deportes de la ciudad. Estamos juntos en esto”, comentó el jugador en una rueda de prensa reciente.

El mismo sentimiento de unidad que en la ciudad californiana lo tienen en Atlanta. Los Hawks comunicaron a finales del mes de junio, más de cuatro meses antes de las elecciones, que su pabellón sería un voting center, tendiendo la mano a los Flacons de fútbol americano para que hiciesen lo propio con su estadio. “Siempre hemos tenido la sensación de que somos una comunidad. Tomamos las oportunidades que nos llegan como una gran responsabilidad”, explicó Tony Ressler, propietario mayoritario de la franquicia. Una comunidad que no piensa ponerle las cosas fáciles a Donald Trump. Una comunidad que se extiende a todo el deporte norteamericano y hace de él un rival muy duro para el actual presidente.

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