Una Brasil burocrática y somnolienta venció sin convencer a una fragil Venezuela en el partido inaugural de la Copa América, en el estadio Mané Garrincha de la capital, Brasília. Ante un rival debilitado, con varias bajas importantes por el brote de coronavirus en su plantilla, Brasil dominó los 90′ minutos pero dejó mucho que desear para el nivel que se espera de la máxima favorita para ganar el torneo.

La canarinha sufrió y mucho para romper la muralla venezolana, que se plantó con una línea de cinco defensas y otra línea de cuatro muy baja y compacta. Casi nueve jugadores con labores de contención. Aunque Brasil haya tardado tan sólo 23 minutos para abrir el marcador, con un gol de Marquinho tras un córner de Neymar, se fue al descanso con un decepcionante 1-0.

Una Brasil burocrática y somnolienta venció sin convencer a una fragil Venezuela en el partido inaugural de la Copa América, en el estadio Mané Garrincha de la capital, Brasília. Ante un rival debilitado, con varias bajas importantes por el brote de coronavirus en su plantilla, Brasil dominó los 90′ minutos pero dejó mucho que desear para el nivel que se espera de la máxima favorita para ganar el torneo.

La canarinha sufrió y mucho para romper la muralla venezolana, que se plantó con una línea de cinco defensas y otra línea de cuatro muy baja y compacta. Casi nueve jugadores con labores de contención. Aunque Brasil haya tardado tan sólo 23 minutos para abrir el marcador, con un gol de Marquinho tras un córner de Neymar, se fue al descanso con un decepcionante 1-0.