El Atlético en una cima dudosa

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El Atlético en una cima dudosa

El Atlético defendió el liderato con una delantera formada por Vitolo y Correa. En los laterales se desempeñaban Vrsaljko y Lodi. En el ancla andaba Torreira. El Atlético defendió el liderato con un equipo que nada tenía que ver con lo previsto. El Atlético había aparecido en el partido sin tres de sus referencias, pero aún extravió a Joao Félix para la segunda parte y a Trippier mediada la misma. El Atlético lo perdió todo… menos ese liderato. Que no es poco. Porque aguantó las tablas hasta el final y porque aún lamentó las dos que falló Correa para la victoria, ambas en la prolongación, ambas Bravo mediante. Hará muchas cosas bien, pero en lo que a la realización respecta las cifras del argentino son irrisorias.

El partido sin goleadores había dejado un gol para cada equipo en los primeros 20 minutos. Suele pasar. Las aguas volvieron a su cauce después, pero para entonces Carrasco y Tello habían estampado sus sellos en las porterías rivales. Sin Suárez, Llorente o Dembélé, la referencia de Simeone era el citado Correa; sin Borja Iglesias, mientras, Pellegrini había prescindido directamente de referencia arriba, ahora aparece Joaquín, ahora aparece Fekir. No parecía un partido para mucha diana, pero el arranque dejó dos de tres, que no es mal porcentaje.

Porque antes de que el Betis recuperara las tablas Saúl aún había tenido el segundo de su equipo. Bravo negó mejor suerte a su cabezazo y hubo que atender a lo de antes y a lo de después. Lo de antes fue una combinación entre Joao y Carrasco por la que terminaron peleando Correa y Mandi. Tal pugna dejó el balón a merced del belga, que antes de marcar aún aguantó el envite desesperado de Bartra. Lo de después fue una jugada larga que exigió en varias ocasiones más determinación de la zaga visitante y que, orientada hacia la izquierda del ataque local, desembocó en asistencia de Álex Moreno para que Tello entrara en el área saludando antes de volear a la red esa pelota.

El Atlético había ofrecido uno de esos arranques notables que vienen a durar unos diez minutos, el Betis se había rehecho con entereza… y el resto del primer acto se disputó a un ritmo bajísimo, impropio aparentemente de lo que había en juego. Nadie iba a ganar por lo físico, Herrera en el doble pivote del líder, Canales retrasado al de su rival, así que se peleaba por el primer o por el quinto puesto al trote, siempre al trote. Hubo alguna travesura de Correa y Emerson, hubo un disparo ajustado de Carrasco, hubo algo parecido a esa maravillosa expresión del toma y daca, lo que no hubo fue el ritmo trepidante que podía aventurar la clasificación.

El primer acto concluyó con Joao tendido en el suelo, después de que Mandi taponara su disparo con una pierna y le golpeara con la otra. Cayó el luso antes de que el reloj llegara siquiera al punto marcado, pero se ve que al del silbato se le hacía larga la espera, andará o no lesionado el muchacho, así que indicó el camino del vestuario sin recuperar ese tiempo perdido. Efectivamente la retirada del 7 fue un poema, caminando de aquella manera, de modo que el personal rojiblanco añadió 15 minutos de zozobra a los mínimo 90 con los que ya contaba.

Tal y como se sospechaba, no pudo continuar. Salir salió, pero fue para nada. Como mucho, para renunciar a una ventana de cambio. Apenas duró un minuto y fue cuanto menos curioso, porque cojeaba desde el preciso momento en que la pelota echó a rodar. Apareció Torreira, se desplazó Koke y se adelantó Saúl. Podía esperarse que sin ataque el Atlético se afanara ahí en defensa, pero tampoco. Trippier regaló un córner en el que luego tampoco entendió necesario aplicarse, así que Emerson cabeceó sin más problema que el planteado por Oblak en la parada. Luego se comprobó que el inglés andaba maltrecho.

Pellegrini entendió que debía lanzarse a por el partido, y lo hizo primero con Juanmi, y lo hizo después con Lainez. El mexicano la tuvo en la primera, pero el meta esloveno sacó otra mano abajo. Tampoco puede decirse que la ofensiva verdiblanca fuera una cosa de locos. Para entonces ya andaban por allí los ínclitos Vitolo y Lodi, para entonces ya se habían trasladado de nuevo Koke y Saúl, esos muchachos. El partido quedó a la espera de un accidente que no se dio, porque entre Correa y Bravo se apañaron para que no se diera. Así que el Atlético empató después de perderlo todo, así que sigue en el primer puesto de la tabla. O se rearma o todo apunta a que no durará mucho ahí, pero de momento se mantiene. Ahora que se da tanta importancia a lo de dormir líder, apunten una semana más a los de los colchones.

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