Los Jazz van a tener que sudar. Sí, se han llevado el segundo asalto y han recuperado a Donovan Mitchell, pero el hecho de enfrentarse al octavo clasificado de la Conferencia Oeste, uno que además viene de jugar dos partidos en el play-in, no parece que le vaya, precisamente, a beneficiar. En el asalto inicial cayeron de forma tan inopinada como merecida, lo que desató viejas rencillas en el fuero interno de la franquicia de Utah por la decisión, contraria al jugador, de asegurar con Mitchell y darle descanso. Su ausencia salió cara y los Jazz perdieron, algo muy común en ellos en el duelo inicial de una serie de playoffs (lo han hecho las seis últimas veces). Y así, como estaban, les tocaba remar para remontar y demostrar por qué son el mejor equipo de la NBA.  Algo que han hecho parcialmente en el segundo asalto de la serie, en el que se han llevado la victoria y han empatado la eliminatoria. Pero ni así, ellos han sido los protagonistas.

Sí lo ha sido Ja Morant, ese joven jugador que fue Rookie del Año la pasada temporada y está jugando como si llevara toda una vida en la mejor Liga del mundo. El base ha anotado 47 puntos y se ha convertido en el más joven (22 años) de la historia en llegar a esa cifra. También en el jugador que más puntos ha metido en un solo partido de siempre en los Grizzlies y en el segundo jugador que más anota en sus dos primeros encuentros en los playoffs: 73 puntos, por detrás de George Mikan y por delante de Luka Doncic. Desde luego, palabras mayores para una exhibición fraguada con un 15 de 26 en tiros de campo, 2 de 7 en triples y 15 de 20 desde la línea de personal. Y redondeada con 4 rebotes y 7 asistencias. Todo en 43 minutos de juego, una mansalva que Taylor Jenkins ha potenciado tras ver el nivel al que se encontraba su estrella. Historia pura.

Eso sí, la victoria fue para los Jazz, que anotaron 36, 38 y 38 puntos en el primer, segundo y cuarto periodo, cifras que vapulearon la defensa de unos Grizzlies estériles que solo consiguieron acercarse en el tercer cuarto (29-43), con 13 puntos de Ja Morant. Pero los locales consiguieron administrar bien su ventaja y cerraron el choque al final, a pesar de las insistencias de un equipo que, al margen de Morant, tuvo 23 puntos de Dillon Brooks (con 10 de 14 en tiros), 18 de Jonas Valanciunas (con 6 rebotes), 16 de Jaren Jackson (9 de 11 en tiros libres) y 11+6+3+4 de Kyle Anderson, un hombre que hace de todo e hizo de todo. Eso sí, los Grizzlies perdieron muy claramente la lucha por el rebote y perdieron hasta 12 balones, una losa demasiado grande para ganar un partido de playoffs. Pero, claro, viajan a Memphis con ventaja de campo. Y los Jazz, con el miedo en el cuerpo.

En Utah, se notó (mucho) el retorno de Donovan Mitchell. Ya no por los números (25 puntos, con 8 de 19 en tiros de campo y 5 de 10 en triples), sino por la cantidad de opciones que da a su equipo, que se convierte en un poder incesante y absolutamente imbatible en ciertos momentos del choque. Lo que duren esos instantes será lo que marque el futuro de la eliminatoria y de los Jazz en playoffs. El nivel de Rudy Gobert subió claramente (21+13+3+4), Bogdanovic se fue a 18 tantos, Royce O’Neale a 14+8, Joe Ingles a 14, Jordan Clarkson a 16 y Mike Conley, en un partidazo, a 20 puntos y 15 asistencias. Los Jazz anotaron 19 triples, anzaron pr encima del 50% en tiros de campo y repartieron 28 asistencias. Y aun así, estuvieron temblando hasta que consiguieron la ventaja definitiva en los últimos minutos de encuentro. Los Grizzlies están dispuestos a dar guerra. Y los Jazz ponen rumbo a Memphis con mucho por mejorar. Y la necesidad de remontar. No les queda otra.