LeBron acelera tras la marca de Jabbar

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LeBron acelera tras la marca de Jabbar

Cada vez está reduciendo más LeBron James el espacio que le separa del récord de puntos de la NBA (38.387), que en la fase regular sigue en posesión de Kareem Abdul-Jabbar. Se está comiendo el terreno a bocados con el hambre de un rookie. Como si le corriera prisa. La estimación se acerca al presente y se sitúa en la primera mitad de febrero para ver todavía más historia por parte del alero de Akron. Frente a los Rockets, en el segundo partido de un back-to-back que coronó la jornada especial de la NBA en recuerdo a Martin Luther King, metió 48 (5/10 en triples, 11/16 en dobles y 11/12 en tiros libres) a los que hay que añadir, en 36 minutos sobre la pista, 9 asistencias y 8 rebotes. También es verdad que le fuerzan a ello, dado que a Davis aún le falta para recuperarse y volvieron a causar baja también Reaves y Walker, pero vaya racha de jugón lleva el hombre. La mala de los Lakers, tres derrotas consecutivas, acaba aquí. A destacar también que Russell Westbrook, con un final más alegre que ayer, repitió actuación en positivo (24 puntos) y sólo con la ayuda de cada uno en su parcela LeBron James no necesitará hacer carreras de ultrafondo, como tantas le hemos visto estos últimos dos años, recién pasados los 38.

Hay que entrar en la cabeza de LeBron para ver qué piensa en partidos como éstos, ante un rival tan flojo como Houston, en los que tiene que sacar a pasear todos sus recursos. Antes del salto inicial se le acercó Jabari Smith, el novato de los texanos, a recordarle que en el partido de debut de James en la NBA se había enfrentado a su padre. Un pique amistoso y divertido, sí, pero vete a saber si no fue gasolina para el fuego de la megaestrella de los Lakers.

Durante la primera mitad se vio esa versión alegre de los Lakers a la que ha bienacostumbrado a su audiencia desde Navidad. Estar sin tu segundo mejor jugador no te hace albergar esperanzas si el resto de la plantilla también tiene carencias claras, pero aquí se está arrimando el hombro e incluso haciendo bonito un camino lúgubre. Beverley volvía tras unos días enfermo y sirvió como pegamento, primero entre ataque y defensa y también entre las alineaciones propuestas por el entrenador. Se notó poco el cambio entre jugadores y eso es buena señal. Fueron 73 anotados en la primera parte. Alperen Sengun (33+15), que sólo falló tres tiros de campo en todo el encuentro, estaba sentando cátedra y los locales enterraban tal actuación en puntos por todos los lados. La vida era bonita hasta que llegó la temida reacción de los de Texas, que habían llegado a estar -15 en el marcador tras el descanso. Primero, con tibieza en el tercer cuarto y con aparición de Jalen Green (23) para ayudar. Después, entrando en el último periodo, sostenido hasta pegar el tirón final que les colocó al lado de los Lakers. Buenos minutos ahí de Usman Garuba, felicitado por el propio James por su lucha, para intentar la remontada. Con Kenyon Martin (17) como invitado de excepción se metieron a dos puntos (131-129) cuando aún quedaba más de minuto y medio, pero dos jugadas de James, una de Westbrook y el challenge mal resuelto sobre una falta inexistente de Sengun frenaron el ímpetu visitante. Y vigésima para los Lakers cuando los Rockets sólo llevan diez.

Con este partido salvado, el bache atrás, se vuelve a empinar la cuesta de enero para los Lakers en lo que se intentan paliar las bajas por lesión. Con un hueco más en la plantilla, ya que el contrato corto de Sterling Brown no ha sido renovado. En la lucha individual de LeBron por alcanzar esa cima de la NBA con tanto punto anotado se librará la paralela, la importante, de la que él está realmente pendiente: seguir manteniendo vivo el sueño de los Lakers.

La queja de LeBron James contra los árbitros

En la previa de este encuentro LeBron quiso hacer énfasis en los últimos dos partidos. Cogiendo como ejemplo el final del encuentro con los Sixers, en el que Russell Westbrook falló una bandeja ante Embiid y Niang en la que se pidió falta del pívot africano, el alero de los Lakers ha hecho patente su enfado con cómo los colegiados están pitando a su equipo. Todo a pesar de que la NBA descartara que en esa acción hubiera falta. “Llevan diciéndome todo el año en mi cara, en la pista, eso de ‘no la he visto’ o ‘no ha sido falta’. Para mí, en serio, no tiene sentido. Estoy frustrado como un demonio. De todas formas, seguimos”, escribió en su cuenta de Twitter en respuesta a un usuario que mostraba el contacto de Embiid con Westbrook.

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