Ya es una realidad. Los Brooklyn Nets son temibles, un equipo de baloncesto capaz de todo, de ganar a cualquiera. Siguen teniendo sus puntos débiles que intentarán corregir antes de que se cierre el mercado a finales de marzo. Si lo hacen sólo conseguirán que la perspectiva para las otras 29 franquicias de la NBA sea aún peor. Porque ahora mismo, y con el permiso de unos Utah Jazz de récord, se puede afirmar que los Nets son el mejor equipo de la liga.

Esta noche ganaron a Los Angeles Clippers por segunda vez en un mes. Lo hicieron con una superioridad que asusta. Es cierto que el resultado fue muy justo porque los angelinos casi culminan una remontada imposible en el último cuarto. Entre Paul George e Ivica Zubac se combinaron para anotar 20 puntos seguidos que dejó el marcador 99-103, después de que los visitantes iniciaran los últimos 12 minutos como un tiro y se pusiesen 12 arriba. Poco después los Clippers ibana  igualar el marcador a 108 con dos tiros libres de Kawhi Leonard a 28 segundos del final. En las últimas jugadas del partido un rebote ofensivo más canasta de DeAndre Jordan y una falta en ataque pitada a Kawhi iban a decidir el duelo.

Todo eso fue así, pero todo lo que pasó antes fue dominio de un equipo que se ha acoplado en tiempo récord y que no contó con su mejor jugador (Kevin Durant) por cuarta noche consecutiva. Eso le ha pasado a los Nets en mitad de una gira por el Oeste, y ya se sabe lo que les cuesta a los equipos del Este ganar con regularidad ante rivales de la otra conferencia. Quizá esa sea la prueba definitiva de que no estamos ante la flor de un día con este equipo. Porque con esta victoria los Nets han ganado sus últimos ocho partidos ante equipos de la conferencia Oeste, los cinco últimos en una gira que ya se puede considerar histórica. Porque un equipo del este no ganaba cinco encuentros seguidos en pabellones de la otra conferencia desde los Chicago Bulls de 2010.

Todo esto sin Durant, pero con un James Harden que parece que llevase toda la vida jugando en Brooklyn. El base, porque de eso es de lo que juega La Barba en su nuevo equipo, lo controla absolutamente todo en la cancha. Es dueño y señor del juego de su equipo, que juega a lo que el dicta. Anoche firmó su 77º doble-doble de más de 35 puntos (37 y 11 rebotes, con 7 asistencias), el segundo con más en activo, a uno de LeBron James. Junto a él, Kyrie Irving (28 tantos, 8 asistencias) también está al mejor nivel de su carrera. En los dos encuentros que han jugado con los Clippers, ambos con muchas jugadas en el clutch time, los dos han anotado en esos minutos decisivos 23 tantos por los 14 de todo el equipo rival. Una barbaridad.

Como también es una barbaridad que anoche superaran a los Clippers por 60-38 en puntos en la pintura. Pero es que estos Nets son cada vez menos lo que algunos esperaban, una conjunción de estrellas sin juego colectivo y agujeros defensivos por todas partes, y sí son cada vez más un equopo de baloncesto. De los serios y con tres estrellones en nómina traajando juntos. O dos, como en estos últimos partidos. De momento el Big Three sólo ha coincidido en cancha siete veces, pero eso no impide que el récord de los Nets ante los 14 mejores equipos de la NBA sea de 12-2, y que vayan 6-1 en sus partidos ante Lakers, Clippers, Jazz, Bucks y Sixers. Unos Sixers que sólo les sacan ya media victoria por el liderato del Este. Las alarmas han saltado. Un monstruo anda suelto en la NBA.