otagonistas de las historias del presente y del futuro, hoy dicha rivalidad está más que cocinada. Ambos quarterbacks han regalado enfrentamientos dignos de los libros de historia. Apenas son dos jóvenes en busca de la consagración y ya hacen recordar a otras figuras que también tuvieron rivalidades legendarias.
Este duelo tiene todos los ingredientes para ser inolvidable. Ambos mariscales de campo son “la sangre nueva”. En sus hombros descansan las expectativas por el recambio generacional en la NFL, los niños crecerán viéndolos como sus ídolos. También representan el resurgir de dos franquicias que hasta hace algunos años no figuraban por los títulos. Y no menos importante, siempre que los dos están en el mismo terreno de juego hay garantía de emociones.
La noche del 29 de enero ambos QB se midieron en busca de llegar al Super Bowl LVII y regalaron otro duelo electrizante. Patrick Mahomes trataba de romper la hegemonía que tenía Burrow sobre él, quien le había ganado todos los duelos previos (3), incluida la final de la Conferencia Americana del año pasado.
El MVP de 2018 lo logró, el Arrowhead Stadium fue el escenario en el que, por fin, Burrow cayó derrotado a manos de Mahomes. El marcador fue 23 a 20 en favor de Kansas City, y aunque el lanzador de los Jefes estaba lesionado del tobillo, hizo lo suficiente para salir vencedor. De hecho una carrera, fiel a su arriesgado estilo, provocó el castigo cometido por Joseph Ossai, el cual desencadenó el gol de campo de la victoria.
Nada se le puede reprochar a Burrow. Hizo todo y más por comandar a su equipo hasta sus últimas instancias; aunque sí, tuvo errores como las dos intercepciones. Lo intentó pero enfrente tuvo al mariscal sensación, aquel que con 27 años ya tiene un anillo de campeón y ha liderado a los Chiefs a 5 finales de conferencia y 3 Super Bowls en 5 años.
Hay diversos elementos que hacen grande a un mariscal de campo: anillos de campeonato, pases en situaciones clave, cómo lidian con la presión y más. Pero otro factor que también alimenta dicha grandeza es la rivalidad contra otro lanzador de gran calidad. Uno se hace bueno cuando el rival es igual o mejor.
Este es el fenómeno que ocurre entre Patrick Mahomes y Joe Burrow. Mientras que el QB de Kansas City se proclamaba como el rostro de la nueva generación de la NFL, se sentía todopoderoso y hasta invencible, apareció Burrow, quien con un perfil de novato lo había opacado cada vez que tenía la oportunidad. Le complicó un trabajo que “tenía ganado”, lo sacó de su zona de confort, por lo que ahora, Patrick se ha convertido en un lanzador más completo.
Por otro lado, Joe tiene una gran motivación gracias a su contrincante. Sin Mahomes, posiblemente él sería el QB mejor rankeado, y hasta el más mediático. Pero si desea trascender enserio deberá redoblar los esfuerzos para superar esa gran muralla que representa el 15 de Kansas City, aunque ya haya demostrado que tiene las armas para hacerlo.
Mahomes por los Chiefs de Kansas City y Burrow por los Bengals de Cincinnati, este duelo será recurrente en la pelea por el título de la Conferencia Americana (hasta que alguno cambie de equipo) y por los reflectores de la NFL. A pesar de su juventud, ya hacen recordar otras rivalidades históricas.