Medvedev habla de todo en Madrid

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Medvedev habla de todo en Madrid

Daniil Medvedev (Moscú, 25 años) es uno de los mejores jugadores del presente, número tres del mundo, campeón de las ATP Finals y de otros nueve torneos, y finalista del US Open y del Abierto de Australia. Su asignatura pendiente es la tierra batida y no ha jugado en esa superficie este año porque contrajo la COVIDAntes de debutar el miércoles en Madrid contra Davidovich o Herbert, habló con AS y otros dos medios españoles.

¿Qué tal se recuperó de la COVID?

Bien. Tuve síntomas durante unos días, como si me hubiera cogido un fuerte resfriado. Al principio, volver a entrenarme no fue fácil porque había estado casi 10 días en la cama y aislado. Luego ya pude volver a trabajar, una semana completa, y recuperar la confianza para venir a Madrid. Por supuesto, lo mejor está por llegar.

¿Por qué apenas celebra sus victorias y títulos en la cancha?

Porque decidí que ese iba a ser mi estilo. Aunque en realidad no es fácil hacerlo así a veces, especialmente cuando el partido está igualado. Si vas 5-1 y 40-15 es sencillo no celebrarlo porque en tu cabeza sabes que casi seguro ganarás. Quizá no sea bueno y quizá la gente no sea así, pero yo sí. En un 6-5 en el desempate del último set es diferente. Hace dos años, en Cincinnati estaba exhausto física y mentalmente y en el US Open tuve algunas peleas con el público, así que allí no puede celebrar nada. Todo el mundo empezó a llamarme máquina rusa, hombre de hielo y cosas así. Lo encontré divertido porque en el fútbol ya había jugadores que no celebraban los goles, pero en tenis raramente lo había hecho alguien. Mola ser el primero en algo y estoy seguro de los jóvenes que están llegando al circuito no celebrarán sus victorias y dirán que es por mí.

Siguiendo con esto, tiene usted un halo de misterio, a veces parece fuego y otras hielo. ¿Cómo se describe a sí mismo?

Como un chico misterioso, sí. A veces puede pasar que no entienda mis propias emociones. Especialmente cuando era más joven era muy tranquilo en mi vida privada, mucho, era muy difícil llevarme a un momento de ira. Y en la pista era mucho peor que ahora. Podía perder un punto ganando 3-0 en el partido y volverme loco. Eso me dejaba en shock después porque me calmaba y no entendía por qué había ocurrido. Empecé a trabajar en ello hace dos años y creo que he hecho un gran progreso. Aún tengo momentos de furia, pero no me describo ni como un loco ni como un tipo frío.

¿Siente miedo en la pista, porque no parece que le afecte el resultado?

Raramente. Por supuesto que a veces puedes tener una especie de miedo a perder cuando tu rival está jugando mejor que tú. Cuando sientes que tratas de hacer cada golpe que puedes, pero tu oponente te lo devuelve todo el rato. Hay partidos así, como el que jugué contra Roberto Bautista en Miami o contra Novak (Djokovic) en Australia, donde sí miré el marcador más que otras veces. Y es cuando, miedo no es la palabra, si no que no ves soluciones. Pero es de lo que va el tenis, de tratar de ganar a tu contrincante. Me gusta y tengo mucha experiencia en grandes escenarios, así que ya casi no siento miedo.

¿Cómo le gustaría ser recordado como tenista?

Me lo han preguntado a veces y es difícil contestar, porque también me comporto muchas veces de manera diferente en la pista. Quiero dar lo mejor, tratar de ganar los máximos tornes posibles, alcanzar mis límites en el tenis y que luego la gente decida sobre mí, mi personalidad y mi carrera deportiva. No quiero pensar en cómo quiero ser recordado. Sólo hacer mi trabajo, hacerlo bien, interactuar con los aficionados y cuando lo deje, ver qué piensa finalmente la gente de mí.

¿Cuál es mejor consejo que le han dado?

Es complicado elegir uno, pero me viene a la cabeza el que me dio el entrenador ruso de la Copa Davis, Igor Kunitsyn, que fue jugador. Hace mucho estábamos hablando y riéndonos del tema de defender puntos y me dijo unas palabras inteligentes de las que aún me acuerdo: «No puedes perder puntos, solo puedes ganarlos», porque es verdad, cada año en realidad partes de cero. Llegas a Australia y si quieres estar en las Finals de Turín o terminar en el top-15, necesitas ganar, da igual los que pierdas del año anterior. No es bueno pensar en los que tienes que defender, si no en ganar los más posibles para alcanzar objetivos o títulos.

¿Qué está trabajando más duro para mejorar en tierra, donde menos resultados ha obtenido?

En todo, porque tengo automatismos con los que juego en pista dura que no funcionan en tierra. Tengo que programar mi mente para que sea diferente. Y es complicado porque jugamos nueve meses en pista dura y luego un mes en tierra y lo tenemos que hacer bien si no quieres bajar en el ranking. Intento practicar algunas cosas aunque es difícil. En lo que más estoy trabajando es en los golpes liftados y no es sencillo.

Su juego es difícil de descifrar, ¿es esa una de sus armas?

Siempre trato de hacer golpes que pongan en problemas a mi rival. De ahí que me resulte más complicado sobre arcilla, porque muchos de ellos, aunque sean buenos, no crean complicaciones. Sí lo consigo, con ciertas tácticas y golpes, en pista dura. Procuro centrarme en mí mismo. Si sacas bien, después tienes oportunidades. Mi objetivo es contar con ciertos automatismos y golpes desde los entrenamientos. Pero luego hay que tomar decisiones en la pista.

Federer, Djokovic o Nadal, ¿cuál es el rival más difícil?

Los tres son duros, pero cuando jugué contra Roger yo era peor jugador que ahora, lo que no quiere decir nada, porque si le ganase ahora no sería igual que cuando él tenía 25 años. Sigue siendo un jugador asombroso y un ídolo para todo el mundo. En realidad es fácil contestar: Rafa en Roland Garros, Djokovic en Australia y Roger en Wimbledon.

Usted recibió un mensaje de Vladimir Putin tras ganar este año las ATP Finals, ¿qué opina de él?

Es un gran honor que el presidente de tu país te felicite. En Rusia mi victoria fue una gran noticia, lo que es un placer, porque el éxito es bien recibido y no suele ser el caso según el deporte que practiques y los resultados que obtengas. Pero trato de no hablar de política en público, creo que es algo muy privado. Sí lo hago con mi esposa, mi familia y mis amigos, y cada uno tenemos opiniones diferentes.

¿Entre los buenos jugadores que hay ahora en Rusia, encuentra algún punto en común?

Tenemos todos un buen revés, aunque Rublev es un poco más español e intenta cubrirse con el drive también tiene un muy buen revés. También somos grandes luchadores, aunque todos los son en el top-100.

De los jóvenes que están surgiendo, ¿cuál cree que tiene mayor proyección?

Félix (Auger-Aliassime), Jannik (Sinner), Denis (Shapovalov) tienen un gran potencial. Por lo demás, es difícil decirlo, porque no tengo suficientes argumentos para hacerlo y si lo hago dirán que dije tal o cual cosa.

¿Le gustaría ser jugador de ajedrez cuando se retire?

No creo, no soy muy bueno, aunque jugaba cuando era más joven y conozco las reglas, lo que a veces es suficiente para ganar a los amigos. No soy asombroso ni tengo el potencial para convertirme en profesional. Si tienes motivaciones y quieres jugar partidas hay que ver vídeos o leer libros para mejorar, porque lo necesitas. En todo caso intentaría ser profesional en la PlayStation o algo.

¿Qué cosas le gusta hacer cuando no estás jugando al tenis?

Como el tenis es la mayor parte de mi vida, quizá cuando me retire y tenga más tiempo pensaré y encontraré nuevas aficiones. Si te entrenas por la mañana y por la tarde, hay que hacer después cosas fáciles que te relajen como ver series y películas con mi mujer o jugar un poco a la PlayStation con mis amigos, para preparar mi mente para volver fuerte a la pista.

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