Miguel Cabrera está a un jonrón de llegar a los 500. Antes de que regrese a Detroit para disputar varios juegos en casa, le resta otro encuentro en Baltimore.

“Jugará”, prometió el manager A.J. Hinch antes de que se le preguntara. “He hablado con él y no vamos a tentar al destino en el béisbol. Realmente queremos que él consiga el hit donde sea. Tal vez será aquí el jueves o tal vez no”.

Cabrera conectó el cuadrangular número 499 en su carrera, durante una noche en que totalizó tres hits, para que los Tigres de Detroit vencieran el miércoles 5-2 a los Orioles de Baltimore, quienes sufrieron su séptima derrota consecutiva.

Habría resultado comprensible si Cabrera descansaba este jueves, en un duelo que comienza a las 4:05 de la tarde y en una jornada que se avizora calurosa. Luego, los Tigres cumplirán una estadía de seis encuentros en casa.

“Todos esperaban que él pudiera hacer esto en Detroit, pero vamos a ver qué pasa”, dijo su compañero Jonathan Schoop, antes de que se le informara sobre la promesa de Hinch.

“Bueno, entonces esperemos que lo logre mañana”, comentó entonces.

El garrotazo solitario del venezolano llegó ante Matt Harvey (6-1) en el quinto acto, para abrir la pizarra. Antes, había conseguido un par de sencillos, y bateó un elevado de sacrificio en el sexto inning.

Tarik Skubal (8-10) admitió cinco hits y regaló un boleto a lo largo de seis entradas, para cumplir su segunda apertura consecutiva sin tolerar anotación. Recetó seis ponches.