PAH, día 2, Ecuador hizo una fiesta

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PAH, día 2, Ecuador hizo una fiesta

Por Amor al Fútbol. Mundial de Catar 2022. Día (2). Ayer: Catar 0 Ecuador 2. Hoy, en fase de grupos: Inglaterra vs Irán, Grupo B. Senegal vs Países Bajos, Grupo A. Estados Unidos vs Gales, Grupo B. ‘El fútbol es un juego de errores. El equipo que cometa menos errores, gana’,  Johan Cruyff, quien ha sido uno de los jugadores y entrenadores que más ha influido en la evolución del fútbol con su fórmula de ‘futbol total’ que llevó de Holanda a Barcelona, donde sembró el ADN de un estilo de juego que prioriza la posesión del balón partiendo del dominio técnico colectivo.

Comenzó en el terreno este atípico Mundial. Para bien del fútbol, Ecuador se encargó de borrar cualquier sospecha de soborno. Sospecha que despertó algún sentido cuando se le anuló ese primer gol a Valencia en una jugada que ni el mismo VAR aún no ha podido aclarar en detalles. Por fútbol, por tradición y por respeto a lo que significa representar a todo un país en la vitrina más mediática que tiene el planeta, los sudamericanos hicieron una fiesta en el hermoso estadio Al Bayt que está inspirado en las reconocidas tiendas que levantan los nómadas en el desierto. Catar no mostró nivel técnico. Una selección caótica, rústica y sin ideas. Quizás vencidos por la responsabilidad que tenían sobre sus hombros de debutar ante 60 mil espectadores en el Mundial más caro de la historia, ante las miradas amenazantes de los Al Thani, y los ojos de los críticos más severos de este deporte. Hay algo a lo que los psicólogos llaman pánico colectivo que suele producirse tras una catástrofe natural, en soldados que se ven vencidos en una guerra, o durante un periodo profundo de incertidumbre. Parece que los jugadores de Catar fueron víctimas de ese pánico colectivo durante los 100 minutos de fútbol de una sola vía. Ni señales de esa selección que es la actual campeona de Asia, tampoco dieron muestras de un grupo que entrenó durante 12 años. Incapaces de dar cuatro pases seguidos, acéfalos en ideas de creación, torpes, dominados por los nervios. El rostro de impotencia e incredulidad de Félix Sánchez (su director técnico) era un poema triste. Pasó lo que tenía que pasar, por suerte.

Argentina en manos de Messi

Mañana temprano (6AM), antes de que el olfato detecte el seductor aroma del café, Argentina estará debutando en este Mundial ante Arabia Saudita, el vecino incómodo de los cataríes. Desde 1986 hasta el 2022 han transcurrido 36 años. Esto quiere decir que varias generaciones de argentinos no han visto a su selección ganar una Copa del Mundo. Los que recuerdan los Mundiales de Argentina 1978 y México 1986 hace tiempo que peinan canas. Desde aquel Maradona que conquistó el mundo con su fútbol y con su bendita ‘mano de Dios’, las selecciones argentinas han retornado a Buenos Aires con la frente marchita. No ganar el Mundial significa un fracaso. Los segundos puestos son premios de consolación estériles para los argentinos. Demostrado en Italia 1990 y Brasil 2014. Muchas veces las expectativas de la albiceleste partieron desde lo emocional, formándose ilusiones confusas que poco han ido acorde con las posibilidades reales de sus selecciones en Las Copa del Mundo, principalmente las que se han disputado en el presente siglo en las que Messi ha cargado con la mayor responsabilidad para tratar de regalarle a los 46 millones de argentinos tan anhelada copa. Partiendo de la realidad inequívoca que da el fútbol, esta es la gran oportunidad que tiene Messi de sumar la Copa del Mundo a su abultada vitrina de galardones individuales y colectivos. En su quinto y último Mundial, el genio de Rosario, ex del Barcelona y estrella del PSG, cuenta con un grupo de jugadores en la selección argentina que lo entiende a la perfección. Lo interpretan bien, conocen sus automatismos, su anticipación, su lectura de partidos y sus regates, aunque estos hayan perdido velocidad por culpa del inexorable paso del tiempo. No es una exageración, esta selección albiceleste es sólida en todas las líneas, algo de lo que carecieron cada una de las selecciones que jugaron los Mundiales de Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018. Martínez es una garantía de seguridad y liderazgo. Es el portero indiscutido que tiene Scaloni. Pocas veces Argentina ha contado con dos centrales que generen tanto equilibrio como el dúo conformado por Romero y Otamendi. Los laterales son tipos cumplidores y respetuosos de la táctica como Acuña, Tagliafico y Molina. La revolución del centro del campo ha sido uno de los aspectos más importantes de la era Scaloni en donde Paredes, De Paul y Gómez (Lo Celso y Nico se quedaron fuera del Mundial por lesión, una lástima) se encargan del laboratorio desde donde se elaboran las jugadas que alimentan a una delantera cargada de calidad como la conformada por Messi, Lautaro y Di Maria, el mejor socio de Messi en la selección. No es coincidencia que esta selección suma ya 36 partidos seguidos sin conocer la derrota. Llegan a Qatar 2022 con mucha hambre de triunfos, a sabiendas que cuentan con la calidad colectiva para poder soñar, y Messi sabe que esta es su última oportunidad. (Fin)

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