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Todos contra los Lakers

AS- Desbancar a LeBron. Será el objetivo de todos sus rivales en el curso baloncestístico 2020-21 después de que El Rey volviera a ocupar el trono de la NBA y a sentarse en lo más alto de la mejor Liga del mundo. Apenas 72 días después de la conclusión de una temporada resuelta en Disney, los Lakers parten con ventaja. Es la sensación que hay en estos momentos, con los angelinos postulados como máximos favoritos al anillo. Lo son más ahora que al inicio del curso pasado, en parte por lo visto en Orlando, pero también por los refuerzos que han tenido durante el mercado. Las renovaciones del ya mencionado LeBron James y su compañero Anthony Davis atan el destino a medio plazo de las dos estrellas a la franquicia de púrpura y oro, que igualó a Boston en anillos la temporada pasada y busca ahora liderar en solitario la clasificación histórica con el número 18. Y los fichajes de Dennis Shcröder, Marc Gasol y Wesley Matthews refuerzan una plantilla que ha perdido pilares sólidos como Rajon Rondo, Danny Green o Dwight Howard, pero que ha salido lo suficientemente bien parada como para convertirse en el gran aspirante a ganar… y a repetir.

Los angelinos tienen al mejor jugador de la competición (LeBron) al que perfectamente puede ser el segundo más destacado (Davis), a una plantilla compensada y a un entrenador consolidado como Frank Vogel, que superó las expectativas hace unos meses. La certificación de que los Lakers son los principales favoritos está en el hecho de que sus más inmediatos rivales no se han fortalecido lo suficiente como para dar más miedo que antes. Sí que lo han hecho, sin embargo, otros equipos que venían inmediatamente por detrás y que, ya sea por una buena gestión de la agencia libre o por la recuperación de los lesionados, han aumentado la enorme ristra de aspirantes que intentarán frustrar el intento angelino de repetir título y, de paso, escribir su nombre en la historia de la competición norteamericana, desbancando por el camino a la cada vez más eternizada figura de un LeBron que cumple 36 años el 30 de diciembre y sigue obsesionado con acercase de forma lenta pero inexorable a Michael Jordan. Y todo lo que ello supone.

Para evitarlo habrá de todo. Unos Clippers que el año pasado aparecían en las apuestas delante de los Lakers pero que en el presente curso parten con cierta desventaja. También los Bucks del renovado Atetokounmpo, que buscan dar el paso definitivo hacia las Finales. Y una cantidad de rivales heterogéneos que tendrán mucho por decir… o muy poco: los Warriors del recuperado Stephen Curry, la locura de los Nets de Irving y Durant, unos Sixers con caras nuevas en la directiva y los banquillos, Boston y sus ganas de recuperar la gloria perdida, Heat, Nuggets… todos ellos intentarán desbancar a los Lakers y conseguir el ansiado anillo. Y todos saben que ganar no será tan sencillo, por algo que antes o después todo el mundo aprende en la NBA: nunca lo es.

A continuación, repasamos a los principales favoritos al título (el orden es aleatorio) y hablamos de sus opciones para alcanzar la gloria.

LOS ANGELES LAKERS

Los máximos favoritos. Las dudas que algunos tenían hace una temporada se han, o bien trasladado a algunos de sus rivales o disipado con refuerzos excepcionales que dejan a los angelinos como principales aspirantes a repetir el campeonato, algo que ya hicieron la última vez que lo conquistaron, en 2010.LeBron parece que tiene 10 años menos que los que muestra su partida de nacimiento, el techo de Anthony Davis todavía no se vislumbra y hay sustitutos para cada posición. Por Rondo ha llegado un Schröder con un perfil anotador mucho más acusado que su antecesor y que los Lakers necesitaban desesperadamente. Por Danny Green. Wesley Matthews, un perfil muy parecido que viene de meter los triples liberados, algo que el propio Green se olvidó de hacer el año pasado. Y por Howard salta a pista Marc Gasol, menos explosivo pero más inteligente y con mayores habilidades para el pase. El pívot puede ocupar dicha posición durante la regular season antes de que Davis asuma esa responsabilidad en playoffs, donde hace más daño, y Harrell es el refuerzo perfecto para hacer de microondas cuando sea necesario y jugar el pick and roll con LeBron o Schröder según convenga. Los Lakers lo tienen todo para repetir, y solo habrá que ver como se adapta el Rey al poco descanso entre una temporada y otra (ya se most´ro en contra de volver en diciembre) y a la reducción de partidos, lo que obliga a tener un buen inicio para no descolgarse en un Oeste todavía más competitivo que en los años anteriores. El genio Frank Vogel, ratificado por él mismo en su puesto, se encargará de ellos. Los Lakers son el rival a batir. Y todo el mundo en la NBA lo sabe.

BOSTON CELTICS

Más que por orden de importancia, por responsabilidad histórica. Los Lakers no pueden conseguir solo un nuevo back to back si ganan el título, también colocarse como líderes en solitario de la clasificación histórica de anillos conseguidos. Es decir, ser los más ganadores de la historia, un honor que comparten desde hace unos meses con los Celtics, que han ganado un solo anillo en los últimos 35 años. Una crisis demasiado larga para un equipo que dominó la NBA en la prehistoria y que protagonizó duelos extraordinarios contra su más inmediato rival en los 60 y en los 80 (también en 2008 y 2010). Choques que se han diluido por la sequía de una franquicia que busca volver a lla gloria y ha disputado un total de tres finales de Conferencia con Brad Stevens al frente, pero sin dar el sallto definitivo a la eliminatoria por el título, a pesar de haber olvidado a un Kyrie Irving que hizo tambalear el proyecto. Jayson Tatum, ya con vitola de estrella de la Liga, es el sostén de una plantilla que sigue pareciendo demasiado corta pero que se quedó a dos partidos y algún que otro despiste de jugarse el título ante los Lakers el pasado mes de octubre. La seguridad de Jaylen Brown, el corazón de Marcus Smart y el poder menguado de un Garden vacío serán los sostenes que impulsarán la recuperación de la gloria perdida de una entidad histórica que se encuentra en una batalla en la que no se había visto antes: la del trono absoluto de la NBA. El orgullo verde, a por todas.

MILWAUKEE BUCKS

Una vez renovado Giannis Antetokounmpo, el objetivo es más claro que nunca: el anillo. El primero desde 1971 para una franquicia de mercado pequeño pero historia grande, con pocos campeonatos pero muchas referencias y que sueña, en sintonía con su estrella, con volver a dominar el mundo. Cuando se corone al campeón de la 2020-21, habrán pasado 50 años del último (y único) campenato de los Bucks. De hecho, hace tanto tiempo de entonces que Oscar Robertson pululaba por Milwaukee, la franquicia era de la Conferencia Oeste y Kareem, líder de ese equipo, ni siquiera se llamaba Kareem. Era Lew Alcindor y le quedaban unos meses para convertirse al Islam y cambiarse de nombre. Los Bucks siguen generando dudas en el banquillo, pero Giannis quería a Mike Budenholzer y el equipo quería a Giannis, razón de más para contentarle. La llegada de Jrue Holiday ha gustado al alero, que cobrará 228,5 millones en cinco años, el mayor contrato de la historia, y ha visto con buenos ojos como se resolvía el sainete de Bogdan Bogdanovic y se traía a DJ Augustin, Bobby Portis, Bryn Forbes, Torrey Craig y volviendo a contratar a Pat Connaughton. Mucho nombre para una proyecto que funcionará en temporada regular (como siempre) e intentará dar un paso adelante en playoffs (como nunca) y hacerse con el ansiado anillo.

MIAMI HEAT

La magia de Pat Riley y, claro, la de Erik Spoelstra. Más allá de cómo se resuleva el culebrón en torno a la figura de James Harden, los Heat vuelven a estar de tapados en el Este. No parece que tengan una plantilla mejor que la de Bucks, Celtics o, si apuramos, Nets y Sixers. Y, sin embargo, parecen capaces de todo. No convendría olvidar con facilidad los últimos playoffs y el compromiso mostrado por los jugadores, así como las genialidades tácticas de Spoelstra para despachar a Milwaukee y Boston. Jimmy Butler está en el mejor momento de su carrera, Bam Adebayo apunta a estrella (su extensión de contrato rookie apunta a que Riley también lo piensa) y la base sigue siendo sólida a pesar de haber perdido importantes piezas como Jae Crowder. Siguen Duncan Robinson, Herro, Nunn y Goran Dragic, que con 34 años ha firmado por dos temporadas y 37,4 millones. Y también Meyers Leonard, el inmortal Udonis Haslem para templar ánimos desde un banquillo del que casi nunca sale… en fin. No son los principales favoritos, pero ojo. Que son los Heat.

BROOKLYN NETS

La locura. El lugar en el que puede salir todo bien o todo mal. Seguramente, la ciudad del planeta que más talento rezuma. Una olla a presión que puede explotar y acabar con todo lo que haya alrededor, o alcanzar la gloria de manera que ahora parece inopinada pero que no es tan ilógica. Kevin Durant y Kyrie Irving tienen el mundo en sus manos después de llegar a una franquicia que tenía un proyecto que ha desaparecido y destituir entre bambalinas (ya que no jugaron) a un entrenador tan válido como Kenny Atkinson y a toda la cultura que arrastraba detrás. Y, tras un año parados (Durant completamente y Kyrie parcialmente), vuelven para revolucionarlo todo. El alero, muy tranquilo de momento, viene de una lesión de Aquiles que aspira a olvidar pero de la que nadie, por tradición, se ha recuperado del todo. El base ya la está liando con sus escarceos con la prensa y sigue siendo una cabeza imposible de entender y un talento imposible de cuantificar. Ambas cosas por partes iguales. En la mejor versión de ambos jugadores, son favoritos al anillo y están rodeados para ello (LeVert, Allen, Harris, Dinwiddie). En la peor, pueden lesionarse, asegurar que la tierra es plana o que Steve Nash salga del equipo a las primeras de cambio. Bendita su paciencia y su valor para ponerse al frente de un proyecto, el primero para él, como este. Por mucho que tenga detrás a Mike D’Antoni, Amar’e Stoudemire, Jacque Vaugnh y una horda de psicólogos que a buen seguro va a tener que utilizar.

PHILADELPHIA SIXERS

Ahí están, un año más, Ben Simmons y Joel Embiid. El enésimo. Esperando un milagro que nunca ha ocurrido y que quieren hacer realidad en un año lleno de cambios para ellos en todos los sitios excepto en la plana mayor de la plantilla. Doc Rivers llega a los banquillos más cuestionado que nunca, una posición a la que nunca se ha enfrentado un buen tío como él y uno de los pocos entrenadores en activo (el único junto a Spoelstra y Carlisle) que tiene en sus manos (o en sus dedos) un anillo de campeón. Su llegada, junto a la de un Daryl Morey a los despachos que ha hecho olvidar a un Elton Brand que sigue por ahí (nadie sabe dónde) y se ha librado del ignominioso contrato de Al Horford (camino a los Thunder), da aires de cambio a la ciudad de Philadelphia, que no juega unas finales de Conferencia desde 2001, cuando Allen Iverson, Dikembe Mutombo y un tal Larry Brown lideraron a los Sixers a las Finales frentes a los Lakers (derrota por 4-1). Tobias Harris se reencuentra con el entrenador que le sacó todo su jugo en los Clippers y tendrá la oportunidad de justificar por qué la franquicia se quedó con él y no con Butler en el momento de la verdad, mientras que Danny Green llega a otro contender (hay quien nade con estrella) y reforzara el backourt en defensa y en ataque, esto último si se reencuentra con su lanzamiento. Los Sixers despiden a Brett Brown y se dan la última oportunidad antes de sacrificar a una de sus dos estrellas, que era lo que muchos pedían. Ahora, no pueden fallar. El futuro del proyecto depende de ello.

LOS ANGELES CLIPPERS

Otra vez los Clippers, por segundo año consecutivo pero mucho más diluidos que el anterior. Sin Doc Rivers pero con Tyronn Lue, sin Harrell pero con Ibaka y con Paul George renovado pero no con un Kawhi Leonard que amenaza con salir al mercado en 2021. El alero ya ha demostrado que no se casa con nadie, y si las cosas no marchan bien no sorprendería que se fuera a otro sitio a buscar el anillo que todavía no ha encontrado en los Clippers. A Steve Ballmer le colmó la paciencia la remontada de los Nuggets, ese 3-1 que puebla sus peores pesadillas, e hizo una revolución interna que no ha sido tan grande como se preveía en un inicio, que se ha llevado a Rivers por delante pero que, en pista, sigue carente de ese distribuidor que tanto necesitan los angelinos. Ahora, todo depende de esa química perdida y de un grupo desmadejado que Lue tendrá que recuperar. Y de gestionar el load managment, el distanciamiento tradicional de Kawhi… un poco de todo. Eso sí, centrados, tienen talento de sobra para ser lo principales favoritos por detrás de los Lakers. El resto, ya lo veremos.

GOLDEN STATE WARRIORS

Sin Klay Thompson parace difícil… pero con Stephen Curry todo es posible. Aunque cuesta verles como candidatos reales al título, se meten en la lista como voto de confianza a lo que han sido en un pasado muy reciente: uno de los mejores equipos de la historia. Si James Wiseman funciona, Draymond Green está centrado y Steve Kerr sigue su camino al Olimpo de los entrenadores, solo falta por saber qué versión mostrara Curry. Si es la de los dos MVPs, los Warriors pueden soñar con dar un susto. Cualquier otra cosa, sin Klay, parece complicada. Pero ojo, que son los Warriors y que hayan hecho un año malo no significa que haya que darlos por muertos. Malo sería.

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