Los Angeles Lakers estarán en los playoffs por el anillo de la NBA. Los actuales campeones tiraron de corazón y de un mayúsculo LeBron James para terminar con la resistencia de los Golden State Warriors (103-100) en un auténtico monumento al baloncesto que les permite sacar el billete a las eliminatorias por el título donde ya les esperan los Phoenix Suns, segundo mejor equipo de la temporada NBA.

Los angelinos demostraron que todavía tienen mucho que decir esta temporada y que a falta de baloncesto en muchos momentos de la temporada y los partidos, aún les quedan arrestos y orgullo para superar cualquier dificultad y reivindicar su condición como uno de los mejores equipos de la liga. Y así lo hicieron en la segunda mitad ante unos Warriors que parecían lanzados a los playoffs y que ahora tendrán que esperar a ganar a los Memphis Grizzlies para lograr el último billete en juego en este ‘play-in’.

El equipo de San Francisco salió lanzado a las tablas del Staples Center donde más de 6.000 espectadores asistían impotentes a una nueva exhibición de Stephen Curry (37 puntos y seis de nueve desde el triple) que hacía temer lo peor a los angelinos al descanso (42-55). Sobre todo por la escasa producción de sus dos estrellas, LeBron James y Anthony Davis. Los dos jugadores apenas anotaron el 15,8% de sus lanzamientos (tres de 19) en esa primera mitad, siendo el peor porcentaje desde que juegan juntos.

Todo lo contrario sucedía en la muchachada de Kerr. Curry empezaba a calentar la muñeca y cerraba la primera mitad con 15 puntos y un par de canastas imposibles que hacían soñar a los Warriors. Además, el base contó con la ayuda de un mayúsculo Draymond Green en defensa y de un buen Wiggins en ataque.

Sin embargo, todo cambió en los vestuarios. LeBron James llamó al orden a los suyos y bajo su inmensa figura los Lakers comenzaron el despegue hacia los playoffs. El alero despertó a tiempo y reivindicó que todavía manda en la NBA pese a su edad y a los problemas en el tobillo.

‘King’ James tomó las riendas del choque y con un triple-doble (22 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias) dio la vuelta al marcador (61-43 en la segunda mitad) para dar vida a los Lakers y llegar al último minuto con las opciones intactas. Y fue en ese momento cuando LeBron recordó a todos que esto acaba cuando él quiere. Con 58 segundos por jugarse y con el reloj de posesión rozando el 0.0 el de Akron se levantó desde más de ocho metros para anotar su segundo triple del partido y abrochar una nueva actuación para la historia.

LeBron no estuvo solo (algo que sí le sucedió a Curry en la segunda mitad) y contó con el despertar de Anthony Davis. El ala-pívot también espabiló tras los dos primeros cuartos y ayudo a su ‘jefe’ a conseguir una victoria vital para intentar revalidar el anillo. Davis terminó con 25 puntos y 12 rebotes en un partido en el que Vogel cerró la rotación interior exclusivamente en él, dejando sin jugar a Marc Gasol y con poco tiempo a Drummond o a Harrell. Daba igual. Con LeBron y Davis, el resto le sobraba.