Llegaba como favorito y, pese a todo, está haciendo buenas las previsiones. Novak Djokovic, tras arrasar al australiano Álex de Miñaur, 24º del mundo con 23 años, ya está en cuartos de final del Open de Australia, donde se medirá con Andrey Rublev (6º, 25 años). Su trayecto hasta el jugador ruso, sin embargo, no ha sido un camino de rosas. Nole llegaba lanzado al primer Grand Slam de la temporada, con el título en Adelaida para estrenar el año, pero también con problemas físicos, focalizados en su muslo izquierdo. Durante la primera semana, el serbio ha intercalado gestos de dolor con victorias contundentes, como el 6-2, 6-1 y 6-2 endosado a De Miñaur, rival de envergadura. Algunas voces, por ello, han desconfiado del estado físico transmitido por el propio Djokovic, acusándole directamente de fingir sus molestias.

“Les dejo las dudas a esas personas. Que duden. Sólo se cuestionan mis lesiones. Cuando otros jugadores se lesionan, ellos son las víctimas, pero cuando soy yo, estoy fingiendo. Es muy interesante… No siento que deba demostrarle nada a nadie”, se ha defendido el propio Djokovic ante los medios de su país, en declaraciones recogidas por Sportklub. “Tengo la resonancia magnética, el ultrasonido y todo lo demás, tanto de hace dos años como de ahora. Si lo publicaré en mi documental o en las redes sociales, depende de cómo me sienta. Tal vez lo haga, tal vez no. No estoy interesado en este momento en lo que la gente piensa y dice. Es divertido, es interesante ver cómo continúa la narrativa que me rodea, narrativa que es diferente en comparación con otros jugadores que han estado pasando por una situación similar. Pero estoy acostumbrado, y me da más fuerza y motivación”, añadía Nole.

Más favorito

Por delante, el actual número 5 del mundo tiene una semana prometedora. Si sus problemas en el muslo le respetan (se mostró muy dolorido ante Khachanov, pero en mucho mejor estado ante De Miñaur), es aún más candidato al título que al inicio del Grand Slam. Los favoritos han ido cayendo y el cuadro, siempre imprevisible, se ha quedado aparentemente despejado, con el reto de Rublev como uno de los mayores retos a superar. “Es el mejor tenis que he jugado este año, en este torneo y en lo que va de temporada. Mi mejor partido. Estoy muy contento porque, obviamente, a medida que avanza el torneo, los partidos se van a poner más duros. Estoy muy contento por ganar así. Por sentirme realmente bien en términos de movilidad y movimiento de mi pierna, lo cual es una gran noticia. Voy día a día. Estamos haciendo muchas cosas y es agotador estar en tantos tratamientos y máquinas, pero es necesario. Esta noche no sentí ningún dolor”, revelaba Novak tras superar a Álex. Su evolución lo determinará prácticamente todo en la segunda semana del torneo, la que le puede llevar a su 22º grande, el del empate con Nadal.