«LeBron arruinó el baloncesto»

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«LeBron arruinó el baloncesto»

Iman Shumpert está fuera de la NBA con 31 años y después de ir y venir con Brooklyn Nets, su último equipo. De hecho, en Estados Unidos ya es más conocido por el público mayoritario gracias a su enorme éxito en el programa de baile Dancing With The Stars (junto a la bailarina Daniella Karagach) y a su unión con la cantante Teyana Taylor. Más vinculado a la música que al baloncesto a estas alturas, Shumpert fue un número 17 de draft en 2011 que vivió sus mejores años en los Knicks y sobre todo en los Cavaliers, donde llegó en la reconstrucción sobre la marcha del equipo de 2015, el invierno en el que aterrizaron él, JR Smith y Mozgov para sentar las bases del grupo que fue finalista esta temporada y campeón en 2016, tras remontar por primera vez un 3-1 en unas Finales y dejar atrás de forma increíble a los Warriors del 73-9. En el equipo de LeBron James, Kyrie Irving y Kevin Love, Shumpert era un escolta suplente que se exprimía en defensa y ponía mucho físico para presionar al exterior con la bola.

Nunca promedió 10 puntos en una temporada, y su carrera estuvo marcada por las lesiones, sobre todo de rodilla y también de hombro, muñeca… acabó pasando por Kings, Rockets y Nets, y desapareciendo del mapa. Ahora resurge para dejar unas declaraciones que están dando mucha guerra en el entorno NBA. Las hizo en el podcast The Bootleg Kev Show, donde no dejó títere con cabeza y señaló directamente a LeBron James, el líder del equipo en el que él fue campeón. Y del que, desde luego, no le gustó el cambio que dio en 2010, cuando dejó los Cavaliers de su Ohio natal para irse a jugar a Miami Heat con Dwyane Wade y Chris Bosh: “No, el que arruinó el baloncesto no fue Kevin Durant con su fichaje por los Warriors, fue LeBron James antes. Fue LeBron cuando se fue a jugar a Miami Heat. Y lo sabe, Bron sabe que arruinó el baloncesto. Personalmente, yo amaba la NBA por la lealtad que había, la fidelidad que pensaba que seguía existiendo. Pero LeBron, básicamente, acabó con eso, rompió ese código. No era lo que se suponía que tenía que hacer«.

Shumpert también explicó cómo LeBron empezó a gesticular más y a fingir cuando recibía golpes porque se había cansado de que le pitaran menos faltas por ser uno de los jugadores más fuertes de toda la NBA: «Lo peor con él era eso, le preguntábamos que por qué hacía tanto flopping. Y nos dijo esto, literalmente: ‘tíos, si otros sacan los tiros libres que sacan yo tengo que hacerlo también. Me pegan mucho, y tengo que vendérselo a los árbitros porque soy tan fuerte que si no lo hago parece que no ha pasado nada. Si no hago eso, nadie se entera de las faltas que me hacen«.

También se acordó de la encarnizada rivalidad que sus Cavaliers protagonizaron con los Warriors, una de las mayores de toda la historia de la NBA. Y dejó claro que no sentía ninguna simpatía por el equipo de la Bahía de San Francisco: “Teníamos dos estilos de baloncesto muy diferentes. Y sabíamos que el que pudiera imponer el suyo iba a marcar la tendencia en todo el baloncesto. Que la gente imitaría al que saliera vencedor de nuestros duelos. Sabíamos que los niños iban a querer jugar al poste, tirar en fade away… o se iban a dedicar a tirar de lejos, a creer que está bien esa mierda de tirar desde casi el centro de la pista. Cuando Stephen Curry empezaba a meter esos tiros, Tyronn Lue nos decía si íbamos a salir a jugar, si estábamos en shock, nos apretaba para ver qué íbamos a hacer… Ellos dicen que cambiaron el baloncesto, para mí lo estropearon. Al menos el baloncesto que a mí me gusta«.

Eso sí, se permitió una excepción con Klay Thompson: «Klay nunca se quejaba a los árbitros. Si le agarrabas no miraba al árbitro, te pegaba en la muñeca para que le soltaras. Me encantaba ese tío de piel clarita… le daba todo igual, quería pelear con nosotros. Quería pegarse conmigo solo para pasar un bloqueo. Te daba en el cuello y volvía al otro lado de la pista sin importarle. Me encantan los tíos así«.

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