El venezolano Miguel Cabrera comenzó la pretemporada diciendo que cedería tiempo de juego en la inicial sin problemas, para abrirle camino a Spencer Torkelson. El sábado, Cabrera le regaló un guante a Torkelson para oficializar la transición.

Los Tigres le dijeron a Torkerson, cuarto mejor prospecto del béisbol según MLB Pipeline, que había hecho el roster del Día Inaugural el sábado, en una reunión con el manager A.J. Hinch. Pero el manager y el gerente general, Al Ávila, no eran los únicos presentes. También estaba Cabrera, quien ha defendido la inicial de Detroit en 12 de sus 14 campañas con el club.

“A.J., Miggy y yo estábamos en la oficina de A.J. y Miguel le otorgó de manera oficial el mascotín de la primera base”, describió Ávila. “Miggy fue parte de ello, y con mucho orgullo. Se notaba la emoción de Tork”.

Probablemente Torkelson utilice su propio guante, pero el gesto significó el pase de la antorcha por parte del mejor bateador de la última generación de Detroit, abriéndole paso al que tal vez sea el próximo. El veterano de 39 años ha estado siguiendo a Torkelson desde que el equipo lo seleccionó en el Draft amateur del 2020. Desde entonces, Cabrera ha ayudado a Torkelson y al otro cotizado prospecto Riley Greene en su camino por las menores.

“Queremos a Torkelson en la alineación, así que yo tomaré el puesto de bateador designado”, dijo Cabrera el mes pasado. “Estoy aquí para ayudar, salir y jugar mi mejor béisbol, pero también para ayudar a todos aquí”.

De muchas maneras, Torkelson representa potencialmente el final de una seguidilla de cinco temporadas perdedoras que han desgastado a Cabrera más que a nadie. Cuando el venezolano estaba en su tope, el chance de ganar estaba tan latente que decidió seguir jugando a pesar de varias lesiones, incluyendo un desgarre en la ingle en una campaña y una fractura en el pie en otra. Las derrotas de los Tigres en las últimas zafras le han pasado factura.

Comparado a las lesiones con las que ha tenido que lidiar, ceder la inicial es un sacrificio sencillo para Cabrera, queriendo abrirle camino a un joven cañonero que podría devolver a Detroit a puestos de competición.