El Gran Premio de México ya divisa en el horizonte como el próximo gran evento en suelo nacional —será el domingo 29 de octubre—. Y ante su llegada, los organizadores del evento han lanzado una invitación para los asistentes: que se abstengan de abuchear e insultar a los pilotos Max Verstappen (Reb Bull, coequipero del mexicano Sergio Pérez) y Lewis Hamilton (Mercedes).

El piloto Juan Manuel Correa, de la Fórmula 2 y embajador del GP de México, expresó un mensaje sobre Racepect, la iniciativa con la que se pretende inhibir los abucheos en el Autódromo Hermanos Rodríguez. «Fórmula 1 es pasión, competencia y rivalidad, a veces con el enfrentamiento en la pista es fácil expresar la pasión de forma incorrecta. Es por ello que lanzamos el movimiento Racepect, con el objetivo de fomentar el respeto entre los que conformamos esta gran comunidad», comentó el estadounidense-ecuatoriano.

En el video se muestran como ejemplos de comportamientos negativos los abucheos que recibió Lewis Hamilton el año pasado en el Foro Sol, al termino de la carrera, que incluso ameritó la intervención de Checo Pérez, quien pidió a los fans que cesaran sus aspavientos. Algo similar a lo que vivió Max Verstappen hace cuatro meses, al ser abucheado por fans de Pérez tras ganar el GP de Miami. Aunque el año pasado el neerlandés se coronó en México, y dio así la victoria a Red Bull, ya había suspicacias sobre sus diferencias con Pérez.

Durante el último año, la relación ha dinamitado por completo .Ya ninguno de los dos se ha guardado nada. Pérez, por su lado, argumentando que Verstappen ha ganado dos títulos mundiales gracias a él, y Verstappen ha evidenciado constantemente una actitud de superioridad sobre el mexicano. Esa tensión, de manera inevitable, se ha trasladado hacia los fans mexicanos, que suelen mostrar su apoyo a Pérez acompañado del rechazo a Verstappen.

De Hamilton se puede hablar de una relación deteriorada con el público mexicano. Tras los primeros años de la reactivación del Gran Premio en la Ciudad de México, la presencia del británico era de las más aplaudidas y esperadas. Eso cambió luego de que Sergio Pérez empezara a competir de manera directa con él, tras su llegada a Red Bull, y así Hamilton pasara a convertirse en el enemigo favorito de la afición mexicana. Han sido constantes sus duelos y con muchos condimentos, como la agresiva maniobra con la que Hamilton quitó del camino a Pérez en agosto pasado, en el Gran Premio de Bélgica.

El gran atractivo sigue firme entre los tres nombres que conforman la ecuación: Verstappen, que lidera el campeonato de pilotos; Checo Pérez, segundo lugar, y Hamilton, tercero. Misma lógica en el campeonato de constructores, ya asegurado por Red Bull en la cima de la clasificación y Mercedes en segundo lugar. La disputa por ambos tronos ha sido férrea en los últimos años, y México lo sabe muy bien. Por eso los organizadores, conscientes de esa tensión, han llamado a la mesura, a disfrutar del espectáculo y apoyar, pero sin faltar el respeto a los demás.

Será el primer Gran Premio que Max Verstappen dispute en México después de que la relación con Pérez sea tan evidentemente conflictiva. Y Hamilton, como siempre, tendrá todas las lupas en su rendimiento y comportamiento. Fue vergonzosa la forma en la que, el año pasado, ni siquiera lo dejaban hablar. Se supone que un público más cerrado, porque la F1 es un evento para pocos, tendría que guardar los modos y mostrar educación. No fue así el año pasado. Y esa será una de las grandes incóngnitas.