Más tarde de lo que esperaban los Denver Broncos, pero el Russell Wilson por el que enviaron cinco selecciones del Draft y tres jugadores parece haberse asomado finalmente. Tras un inicio de temporada en el que se cuestionó incluso su permanencia en el equipo más allá del 2023, el ex quarterback de los Seattle Seahawks ha elevado su nivel de juego y tiene a los Broncos en la periferia de los playoffs.

Es claro que Wilson no ha regresado aún al nivel mostrado con los Seahawks, pero en una temporada que lucía desastrosa, al menos ha regresado a ser un quarterback competente, con el que Denver puede construir un futuro.

Difícil adaptación a la ciudad de la milla

La llegada de Wilson a Denver no fue miel sobre hojuelas. Por un lado, haber forzado su salida de un equipo que lucía como contendiente al Super Bowl año con año no suele ser bien visto por la prensa y aficionados. Por el otro, los Broncos habían apostado a conseguir a Aaron Rodgers, por lo que contrataron a Nathaniel Hackett como entrenador en jefe.

Hackett tenía muy buena relación con Rodgers, pero ni su sistema ofensivo, ni su habilidad como entrenador parecían ir de la mano con Wilson y los Broncos. Además de los problemas con el sistema, Wilson no mostró la misma habilidad para improvisar que lo hizo famoso en Seattle.

Los balones perdidos también incrementaron, con 11 intercepciones, el segundo total más alto de su carrera, mientras que sus 16 pases de touchdown fueron 4 menos que la anterior marca más baja de su carrera. Por si fuera poco, hubo reportes de jugadores que cuestionaron su liderazgo.

Un año después del intercambio por “Dangeruss” la directiva de Denver nuevamente realizó un canje de alto perfil, adquiriendo al head coach, Sean Payton, procedente de los New Orleans Saints. El principal motivo para el cambio de entrenador era revivir la carrera de Wilson. Entre su contrato y lo que tuvieron que entregar por él, los Broncos están casados con Wilson para el futuro cercano.

Payton hizo mancuerna con Drew Brees en los Saints, otro quarterback de baja estatura que se convirtió en uno de los mejores en su generación. No obstante, las cosas empezaron con el pie izquierdo. Cinco derrotas en sus primeros seis partidos encendieron las alarmas, y el mismo Payton cuestionó el tiempo que Wilson pasaba en actividades fuera del emparrillado, pero eso cambiaría unas semanas más tarde.

Unas semanas de esperanza

Después de una derrota ante los Kansas City Chiefs en la lanzó para menos de 100 yardas, Wilson y el ataque de los Broncos mejoraron paulatinamente en triunfos ante los Green Bay Packers y Kansas City, pero fue en la victoria ante los Buffalo Bills, con una serie de último minuto, que Wilson respondió en una situación de presión.

Con apenas 200 yardas por aire en promedio por partido y 30 capturas con 5 balones sueltos, Wilson aún tiene espacio para mejorar. Sigue tardando demasiado en lanzar y la ofensiva no es tan vertical como se esperaria con Payton. Pero es más fácil mejorar ajustar esos detalles mientras se suman triunfos y no derrotas, en especial con la presión de lo que ha cedido el equipo para contratar al quarterback y head coach.

En la presente campaña, Wilson ya superó la cantidad de touchdowns conseguida en 2022, con 18 tras 9 partidos. de la misma manera, ya ganó la misma cantidad de encuentros, con 4 victorias. Wilson y los Broncos tienen trabajo por hacer, pero con victorias ante Kansas City y Buffalo, ambos contendientes en la AFC, quizás la temporada 2023 todavía pueda ser rescatada.