Bivol no le quita el sueño a Canelo

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Bivol no le quita el sueño a Canelo

En el boxeo las revanchas existen para superar las dudas. Y Dmitry Bivol no dejó ninguna contra Saúl Canelo Álvarez el 7 de mayo de 2022 en la T-Mobile Arena de Las Vegas. Le dio una clase de boxeo al multicampeón mexicano y conservó su título semicompleto de la AMB. Rápido, inteligente y metódico, el púgil ruso demostró que las categorías de peso en este deporte se inventaron con un fin muy específico: respetarse.

Todos los boxeadores, por más lúcidos que sean, tienen límites. El de Canelo todavía no estaba claro. Es cierto, le había ganado a un disminuido Sergey Kovalev en 2019, en esa misma división. No era un parámetro realista: Kovalev, también ruso, tuvo un mes para preparar el combate y no contó con la recuperación necesaria —había brindado tres meses antes una pelea encarnizada contra el británico Anthony Yarde—. Canelo, de hecho, padeció en ese combate ante Kovalev. Normal: había una diferencia notable de tamaño y sufrió para romper la distancia establecida por el jab del europeo.

Al final lo noqueó de manera brutal. Con todo y las condicionantes antes citadas, la estampa fue demoledora: un peleador que ganó su primer título mundial en las 154 libras, como el mexicano, había derribado a un gigante en toda regla. Canelo, entonces, creyó que sus habilidades podían domar cualquier reto. No fue así y Bivol se encargó de devolverlo a la realidad. Tras esa caída, su primera derrota en nueve años (la última había sido ante Floyd Mayweather Jr.), la ruta parecía muy clara: cumplir el compromiso firmado con Gennady Golovkin, y luego buscar la revancha con Bivol.

Era una cuestión de orgullo. Canelo, considerado el mejor libra por libra durante los años 2020 y 2021, no podía dejar esa mancha en su historial. Pero la restauración no tenía sentido. Bivol fue ampliamente superior. Sí, en parte por su condición de semicompleto natural, división que domina pese a no tener un tonelaje monstruoso. Pero, principalmente, porque sus cualidades son superiores a las de Álvarez. Por eso no dudó en aceptar la revancha en otra categoría: la de Álvarez, supermediano, en donde el tapatío ostenta todos los campeonatos. El reto ahí era para Bivol, que tendría que bajar una categoría. Canelo y su equipo recularon.

Fue la decisión más sensata. Y ahora, al parecer, Álvarez ya se ha quitado de encima esa obsesión: «Traté de subir a las 175 libras a buscar otras cosas, otros riesgos. Me quedé corto en esa pelea que creo que no la debí haber perdido. Pero al final de cuentas me quedé corto y hay que seguir con lo nuestro y seguir haciendo las mejores peleas. Como peleador, cuando pierdes, las revanchas siempre están ahí, siempre están latentes. Pero al final de cuentas, si se da, bueno. Si no, también hay que seguir adelante”, señaló Saúl Álvarez en entrevista para Telemundo.

Canelo ha construido un legado ya en el boxeo. Eso tampoco se puede poner en tela de juicio. Y sí, también tiene nombres pendientes. Ahí asoma siempre David Benavidez, retador mandatorio del CMB. Es legítimo que no lo quiera enfrentar, por el motivo que sea, como también es legítimo, y obligatorio, que ceda los cinturones si no los va a defender, y deje así la oportunidad a los clasificados.

En lo respectivo a Bivol, Álvarez ha ganado serenidad. No se obsesiona ya con un tipo que le venció sin cortapisas. El 30 de septiembre afrontará su pelea ante Jermell Charlo, a quien hará subir dos categorías. Un duelo desigual. Gana sensatez por un lado, al olvidar a Bivol (por ahora), pero pierde estatus por el otro —superar a Charlo, en estas condiciones, carecería de mérito—. Son los vaivenes de un campeón de época que asoma hacia la recta final de su camino.

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