La temporada de Luka Doncic ha tenido dos etapas muy diferenciadas. Una primera en la que la mala forma física con la que regresó de las vacaciones y varias lesiones le impidieron tener continuidad en su juego y, las veces que estaba en pista, tampoco alcanzaba los niveles de excelencia a los que nos ha acostumbrado desde que llegó a Estados Unidos. La segunda etapa, a la que se puede poner su inicio el 14 de enero con el tercer triple-doble de la temporada (27 puntos, 13 rebotes y 10 asistencias en la victoria en cancha de unos Grizzlies en ebullición), es de nivel de MVP. Una carrera sin freno repleta de momentos mágicos y exhibiciones, hasta mostrar el que quizá sea el mejor momento de juego de su carrera en los partidos previos al All Star. Con los 45 tantos, 15 rechaces y 8 pases de canasta en Nueva Orleans el pasado jueves, último duelo antes del parón del Fin de Semana de las Estrellas, Doncic lograba su segundo encuentro de 45+15+5 en seis días, cuando ningún jugador en la historia de los Mavericks había logrado algo semejante ni una sola vez. Y además también es el primero en hacerlo en un mismo mes desde Wilt Chamberlain en 1966.

Este Doncic de lujo, el que puede entrar en la discusión de quién es el mejor jugador del mundo en la actualidad, lo estamos disfrutando gracias a un cambio de mentalidad y de ética de trabajo. Eso es lo que ha asegurado Mark Cuban en un podcast, en el que cuestionado por las críticas que había recibido el esloveno sobre su exceso de peso al inicio de curso, el dueño de los Mavs aseguró que era eso lo que había provocado el cambio de su jugador a mejor:

“Creo que se sintió un poco humillado. Creo que no le gustaba que le sacaran el tema de su peso y otras cosas, y finalmente entendió que se requiere un nivel de disciplina. Él sabe lo que tiene que hacer y finalmente entendió que si va a ser el mejor, y sé que quiere ser el mejor, hay ciertas cosas que tiene que controlar. Una vez que consiguió manejar esas cosas, simplemente ha sido imparable».

Además, Cuban apunta a que su no elección como titular en el All Star fue un acicate más para redoblar sus esfuerzos en los entrenamientos. De aquí a final de temporada sólo la acumulación de minutos puede romper esta racha de juego. Doncic estaba en 35-36 de media las primeras semanas. En los últimos partidos, sobre todo después de la marcha de Porzingis a Washington, juega casi 40. Aunque la verdadera pregunta es qué pasará a partir del próximo verano. Doncic no se ha caracterizado por llegar en perfectas condiciones físicas en ninguna de sus cuatro pretemporadas con los Mavs. Es cierto que la última venía de un verano especialmente duro para el esloveno, que no tuvo descanso hasta principios de agosto al tener que jugar el preolímpico y después de los Juegos con Eslovenia. El de este año, a pesar de haber Eurobasket en septiembre, le permitirá descansar antes del torneo al menos un mes, probablemente más. El inicio de la temporada 2022-23 será la verdadera piedra de toque para saber si la cabeza de Doncic ha hecho clic para siempre. Si nunca más se volverá a hablar de problemas físicos y de peso.