Hamilton, víctima de la injusticia y los errores de Mercedes

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Hamilton, víctima de la injusticia y los errores de Mercedes

Desde Brasil 2008 con Lewis Hamilton y Felipe Massa de protagonista que no se veía un final de campeonato tan emocionante como el vivido este domingo en Abu Dabi. El propio piloto británico y Max Verstappen se jugaban el Mundial y quien quedara por delante del otro se llevaba el gato al agua. En esta ocasión Hamilton ha salido perdedor a pesar de hacer una carrera impecable, pero las decisiones desde el muro, en las circunstancias de Virtual Safety Car y Safety Car, lo han dejado vendido en la última vuelta. El neerlandés, que tenía la oportunidad de su vida ante sus ojos, no ha fallado.

El único trabajo que tenía que hacer Hamilton para ser favorito era recuperar la pole que perdió en la clasificación. Dicho y hecho. Sale mucho mejor que su rival y se escapa en el liderato con un ritmo mejor que el de los dos Red Bull. Entra Verstappen, que sufre con la goma más blanda. En la siguiente vuelta hace lo mismo Hamilton a pesar de ir a muy buen ritmo con la goma media. Primer error de Mercedes, aunque bastante entendible para resguardarse. Pero podrían haber alargado tranquilamente.

A pesar de la lucha con Sergio Pérez, Hamilton vuelve a resurgir con un paso por vuelta medio segundo más veloz que el de Verstappen. Pero ha aparecido el virtual tras la avería de Antonio Giovinazzi. Teniendo un ritmo superior, era la hora de parar antes que lo hiciera Max. Si no se le estaba dando la oportunidad de que montara unas gomas nuevas para preparar una remontada. Con el ritmo mostrado, a pesar de salir por detrás del neerlandés, le hubiera recuperado el terreno fácil y, perdiendo solo 14s en la parada, la distancia sería de unos 10s. Nada que no hubiera recuperado en carreras anteriores, en el Gran Premio de España sin ir más lejos.

Al no entrar, Verstappen se ha puesto a menos de 14s y en caso de Safety Car, se pondría al británico contra las cuerdas. Así ha sido. Si entraba salía segundo y si no tenía que aguantar a Max Verstappen con goma nueva. Han decidido optar la segunda. Si entraban a cambiar neumáticos, en Red Bull no hubieran pasado por boxes y el que podría haber atacado era Hamilton con goma blanda nueva. Quién sabe si hubiera podido superar al que ha sido su archienemigo este año, pero sin duda hubiera tenido muchos más argumentos para salir vencedor.

Fruto del error y el ver que la suerte esta vez no les sonreía, han empezado los nervios y las quejas injustificadas. Una vez finalizada la carrera, fuera de hacer caso a su propio twit de Brasil donde decían que querían ganar el campeonato en pista, han optado por poner dos quejas formales a la FIA sobre el procedimiento durante el último Safety. No es la imagen con la que deben acabar después de una batalla tan grandiosa. El ejemplo que se debe seguir es el de su propio piloto. Hamilton ha estado de diez. Tras México tenía que ganar las últimas cuatro carreras del año y se ha quedado a una vuelta de lograrlo. A pesar de ello, lo primero que ha hecho en la zona de podio es felicitar el ganador. Impecable.

Es la primera vez en ocho año que Mercedes se ha encontrado en una situación donde alguien de otro equipo le podía batir en el campeonato de pilotos. No están acostumbrados a que nadie les tose y se ha notado en estas decisiones finales. Decidir y reaccionar cuando vas líder siempre es más difícil, de eso no hay duda. Pero a los auténticos dominadores de la era híbrida se les debe exigir estar a la altura de las circunstancias y no ha sido así. Hamilton ha conducido para ser ocho veces campeón del mundo y superar a Michael Schumacher. Ha llegado a esta posibilidad gracias al papel de Mercedes durante la era híbrida, pero no lo ha podido sobrepasar también por las malas decisiones de los alemanes.

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