No son estos tiempos posmodernos los ideales para que los que componen la industria de las Grandes Ligas jueguen a la ruleta rusa con el actual paro patronal que ya amenaza con retrasar los campos de entrenamientos y la fecha inaugural de la temporada regular. Por sus cabezas no se asoma el fatídico recuerdo de las secuelas negativas de aquella inoportuna huelga que dejó inconclusa la temporada de 1994. Se olvidan del daño colateral ocasionado por seguir las recomendaciones del innombrable Don Fehr y las tercas posturas de los dueños de equipos de aquel momento. Se pagó un precio muy caro para recuperar el terreno perdido a raíz de aquella huelga. Solo los esteroides con su desenfrenada carrera de récords de cuadrangulares pudo volver a colocar al béisbol dentro del interés del amante del deporte estadounidense. La MLB mueve alrededor de doce mil millones de dólares cada temporada. Obvio: los temas discordantes son económicos Los jugadores entienden que al ser los protagonistas del espectáculo tienen el derecho de llevarse la mayor parte. Los propietarios se adjudican exactamente lo mismo por ser los que asumen los riesgos de las inversiones. Los puntos que se presentaban como los menos importantes dentro de las demandas que reclamaban los jugadores antes del 2 de diciembre (fecha que comenzó el paro patronal de los dueños) son los que mantienen estancadas las negociaciones. Habrá bateador designado universal, no se bajarán los años de elegibilidad para arbitraje y agencia libre, se mejoran las reparticiones de ingresos de los jugadores durante la postemporada. Hasta ahí todo bien. Las conversaciones siguen sin progreso por los reclamos del sindicato que aspira a una mejora sustancial de los salarios de aquellos jugadores que no tienen la oportunidad de ser elegibles para arbitraje y agencia libre. Los dueños han propuesto un fondo destinado a repartirse entre esos jugadores que presenten mejores números por temporada. Ejemplo: Vladi Guerrero ganó solo 635 mil dólares la pasada temporada. Con sus grandes números, más el incentivo propuesto por los dueños con el propuesto fondo de bonos, la estrella de los Azulejos ganaría para este 2022 un millón 843 mil dólares. Insuficientes para el gremio que encabeza el ex jugador Tony Clark, quien también ha rechazado la propuesta de un mediador federal que sirva como árbitro en las reuniones por venir. Todos juegan con fuego en un deporte que hace tiempo dejó de ser interés general, que es renuente a los cambios, que castiga la emoción, que marca cada vez menos puntos en los ratings televisivos y que ve una significativa baja de aficionados en sus estadios. Se han olvidado del 94 y no han tomado en cuenta al actor más importante: el aficionado. Esto les puede salir muy caro. RAUL BRETON