Los Suns, favoritos olvidados

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Los Suns, favoritos olvidados

¿Se habla suficiente de los Suns? ¿Verdaderamente se les ve y trata como aspirantes al anillo? Es una buena pregunta. Obviamente, todo el mundo sabe la posición que ocupan, el nivel que están mostrando y el dominio que ejercen sobre sus rivales, en la Conferencia Oeste en particular y en toda la NBA en general. Y, sin embargo, parece que les cuesta verles con el anillo en el dedo, como si la maldición de una franquicia que ha disputado tres Finales sin suerte en toda su historia acompañara también a la plantilla actual. Como si lo que pasó el año pasado ante los Bucks no fuera más que la representación máxima de lo que los Suns representan como entidad. Un mercado pequeño, un equipo con poca historia, no demasiadas leyendas (Charles Barkley, Steve Nash…) y una ligera mala suerte que ha ido siempre de la mano de una pequeña falta de acierto en los momentos clave.

Pero, a pesar de todo ello, los Suns son el mejor equipo de esta temporada: llevan 10 victorias consecutivas, 13 en los últimos 14 partidos y 40 en todo el curso, siendo el único equipo que ha llegado a esa cifra y que todavía no ha sumado dobles dígitos en el casillero de derrotas. También son el tercer mejor ataque de la NBA, la séptima mejor defensa y destacan en todas las facetas del juego: primeros en porcentaje de tiros de campo, quintos en porcentaje de triples, séptimos en porcentaje de tiros libres, quintos en rebotes, quintos en asistencias, sextos en robos y segundos en net rating tras los Warriors. Y todo ello, tras caer en unas Finales que dominaban por 2-0, lo que demuestra la gran resiliencia y poder de convicción de una plantilla prácticamente sin fisuras, excelsa en ambos lados de la pista y magistralmente entrenada por Monty Williams.

Además, los Suns tienen hasta nueve jugadores por encima de los dobles dígitos y a un Chris Paul que, con 36 años, parece que tiene 26: 14,7 puntos, 4,5 rebotes y 10,2 asistencias (líder de la NBA) de promedio. A eso se suma el increíble trabajo de Ddvin Booker (25,1+5,5+4,5 y un 37,8% en triples), el doble-doble de DeAndre Ayton (18,6+10,6), la defensa de Mikal Bridges, el buen hacer de Cameron Johnson, Frank Kaminsky y Cameron Payne, la siempre correcta actuación de JaValee McGee (10+7 en 16 minutos de media) y la llegada de un Bisack Biyombo que ha pasado de la clandestinidad a brillar bajo los focos por obra y gracia de un Chris Paul que siempre saca la mejor versión de los jugadores que tiene a su alrededor. Paul y Booker irán al All Star y estarán en los Mejores Quintetos, Monty Williams opositará al premio a Mejor Entrenador (junto a J. B. Bickerstaff y Taylor Jenkins) y el equipo practica un juego atractivo y muy efectivo.

Entonces, ¿cuál es el problema? Los recuerdos de las derrotas pasadas no ayudan, así como las cuatro derrotas consecutivas en las pasadas Finales o el bajón que tuvieron en las mismas. El comportamiento discreto de la plantilla y su lejanía de unos focos siempre centrados en las grandes ciudades (Nets, Lakers…) son otros motivos. Y la falta de fiabilidad siempre ha acompañado a un Chris Paul que llegó a la NBA en 2005, no disputó sus primeras finales de Conferencia hasta 2018 y no llegó hasta la última ronda de los playoffs hasta el año pasado. A Chris Paul siempre le pasa algo: cansancio acumulado al final de la temporada, lesiones, mala suerte… El año pasado estuvi bien en las Finales (21,8+8,2 de promedio) pero perdió el duelo individual ante Giannis Antetokounmpo y su legendaria actuación. Y las llegadas de McGee y Biyombo pueden paliar la fuerza interior que el griego mostró ante Ayton y que pueden ejercer pocos equipos en el Oeste. En otras circunstancias, quizá los Lakers de Anthony Davis. Pero claro, en otras circunstancias.

De momento y a pesar de todo, los Suns siguen a lo suyo y están focalizados en una temporada en la que están muy por encima de cualquier rival. Nueva victoria ante unos Spurs (con 24 puntos de Dpu McDermott y 22 de Lonnie Walker IV) que lo pelean todo tras unos minutos finales extraordinarios y partidazo de Bridges (26 puntos y 8 rebotes), otro doble-doble de Biyombo (10+11), 28 puntos de Booker y 20, con 19 asistencias, de Chris Paul. Casi un 50% en tiros de campo, apenas 8 pérdidas y un último cuarto en el que consiguieron un parcial de 36-19 para remontar un partido que se les había complicado y que contó con hasta 14 cambios de liderato en el marcador y 9 empates. Una nueva muestra de fuerza para un equipo que encara la recta final de la temporada con la posibilidad de gestionar tiempo de descanso para sus estrellas (Ayton está lesionado) y regularse para emerger en la parte final, una asignatura pendiente histórica. Ahí veremos si las dudas con los Suns son infundadas o si verdaderamente hay motivos para desconfiar. De momento, esos motivos son pocos. Los Suns son los máximos favoritos al anillo. Y eso, claro, es objetivo.

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