El sexto título de una extraordinaria temporada ya está en el bolsillo de un Alexander Zverev que, tras los de Viena, Madrid, Cincinnati, Acapulco y el torneo olímpico de Tokio, se coronó por segunda vez como maestro en una final en la que no tuvo rival.Tras doblegar al serbio Novak Djokovic en una intensa semifinal, Zverev llegó como un trueno al duelo final donde destronó a un Medvedev que llegaba tras una racha de nueve victorias consecutivas en este torneo, entre el de 2020 en Londres y el de este año en Turín.

Una racha que de nada le sirvió ante un Zverev que siempre transmitió la sensación de estar más fresco que su rival pese a venir de jugar una semifinal a tres sets y de casi dos horas y medio de partido contra nada más y nada menos que el número uno del mundo.

Medvedev fue siempre a remolque de un Zverev que ha encontrado la regularidad que le faltaba cuando de grandes escenarios se trataba y que pone punto final a su temporada, ya que ha renunciado a representar a su país en la final de la Copa Davis que se va a disputar en Madrid.