Alcaraz no logra salir de la racha de derrotas

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Alcaraz no logra salir de la racha de derrotas

Carlos Alcaraz debutó en unas ATP Finals con derrota ante el alemán Alexander Zverev. El novato cedió ante un bicampeón del evento, en 2018 y 2021, por 6-7 (3), 6-3 y 6-4 en 2h.31′.

Llegar a la Copa de Maestros ya supone de por sí un premio, el reconocimiento a toda una temporada bien hecha. El sistema de competición, de fase de grupos, clasificándose los dos mejores de cada uno, mantiene con vida al murciano en el Pala Alpitour de Turín, al que volverá el miércoles contra el perdedor del derbi ruso entre Daniil Medvedev y Andrey Rublev.

Esa es la parte positiva, que el murciano, 20 años y nº 2, y su equipo saben apreciar. Pero también son conscientes de las dificultades que están afrontando en esta recta final de campaña, que se ha convertido en una trampa para el tenista, con síntomas evidentes de fatiga física (las molestias en la fascia plantar en el pie izquierdo no ayudan) y, sobre todo, mental.

Le cuesta sonreír porque no disfruta como cuando tocó la cima conquistando Wimbledon. Desde el US Open va a trancas y barrancas. Los números lo evidencian. Es su tercera derrota consecutiva en el circuito, tras las de Grigor Dimitrov y Roman Safiullin, en Shanghai y París, respectivamente. Algo que no sucedía desde que se metiera en el grupo de los mejores, en ATP Tour. Ha perdido cinco de los diez últimos partidos. No se corresponde con su global de 63-11, que era 58-6 hasta la entrada en un colofón de año que se le está atragantando. Lo sabe, y lo ha apuntado como deberes para 2024. 

Irregular en su tenis, una montaña rusa de sensaciones, acabó siendo víctima del saque de Alexander Zverev, que se hace más potente y peligroso bajo techo y en pista rápida. No por los 16 ‘aces’, que casi equiparó Alcaraz con sus 11, sino sobre la contundencia de un servicio regular y que va martirizando al rival, que lo pone contra las cuerdas al dejarle sin margen de error con su propio saque.

El teutón, 26 años y nº 7, se hizo fuerte en su feudo natural, donde más daño puede hacer a un Alcaraz con quien había pedido claramente en la tierra de Madrid y la pista dura del US Open este curso. En el balance global, toma ventaja de nuevo Zverev por 4-3.

Alcaraz, sin la confianza de la primera parte del curso, compitió a ráfagas. Le valió para levantar un 1-3 en el set inicial, en un juego de gracia en la que combinó un globo primero, una dejada después y una derecha paralela determinante a continuación. Un festival para recuperar terreno y llevar el parcial al ‘tiebreak’. Y cerrarlo a la cuarta oportunidad, después de que su rival le arrebatase tres opciones de set en el duodécimo juego con sus ‘cañonazos’. Incluidos aces de segundo saque.

Ese momento de euforia del tenista de El Palmar resultó breve. Dispuso de bola de ‘break’ para ponerse arriba en el segundo set. No la concretó, y de repente se paró. Volvió a confraternizar con todo tipo de errores, y se vio abajo 0-3. Creció la moral de Zverev, también su efectividad con el saque: metió un 77% de primeros, ganó 59 de 75 puntos con los mismos. En cambio, 11 de 22 con segundo saque.

Con demasiada tranquilidad trasladó Zverev el partido al tercer set, donde voló con su saque. Se llevó un buen susto en un resbalón. Temió por su tobillo izquierdo, tras haberse roto el derecho en Roland Garros 2022, pero no le impidió colocar el 4-2, refrendar su ventaja. La mantuvo porque un decimosexto ace frustró la última tentativa del murciano, en bola de break que daría paso en segundos al punto de ‘match’ con el que rubricó la victoria el de Hamburgo.

Para él 200 puntos de ranking y el premio gordo de 552.750 dólares: 390.000 por la victoria y 162.7650 por jugar el partido, cantidad ésta última que sí cobró también Alcaraz.

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