A canelo muchos no lo entienden

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A canelo muchos no lo entienden

Canelo Alvarez afronta críticas desde que el sol sale hasta que se oculta. Es su rutina. Apenas figura su nombre en alguna discusión y los comentarios negativos asoman de inmediato. Se ha acostumbrado y también quienes tienen la oportunidad de interrogarlo conocen esos rasgos explosivos en el carácter del campeón indiscutido de peso supermediano. Buscan y encuentran. Así sucedió la semana pasada en una entrevista que Álvarez dio a TV Azteca en el marco su renovación de contrato para televisar sus peleas en suelo mexicano.

Eduardo Lamazón, analista y exsecretario general del Consejo Mundial de Boxeo, tuvo una charla con el púgil tapatío. Particularmente un cuestionamiento llamó la atención: «Dime algún peso medio o supermedio de la historia que te hubiera ganado». Álvarez respondió: «No sé. Mi mentalidad no está en si me hubieran ganado o no». Lamazón empezó entonces a nombrar leyendas del boxeo: «¿Sugar Ray Robinson no aceptas que te podría haber ganado? ¿LaMotta? ¿Monzón?». Canelo respondió negativamente a cada una.

No fue el único momento tenso en la entrevista. Álvarez recordó cuando Lamazón, que lleva la tarjeta en las peleas que emite TV Azteca, lo vio perder en su combate contra Miguel Cotto en noviembre de 2015, cuando obtuvo por primera vez el campeonato mundial CMB de peso mediano. “Como cuando me viste perder con Cotto: fuiste de los dos que me vieron perder. De los 115 expertos en el mundo, cinco no me vieron ganar, tres me vieron empatar, dos perder y uno de ellos fuiste tú. De esos 115 expertos en el mundo, dos que me vieron perder. ¿Quién está mal, los 110 o los dos?”.

Álvarez, desde luego, está habituado a preguntas incómodas. Y en muchas de ellas deja ver una actitud que disgusta aún más a sus detractores. Además, en diversos momentos ha elaborado ciertas frases que abonan a ese personaje que quiere demostrar un valor absoluto, más allá de lo que podría interpretarse como necesario. Fue el caso en aquella ocasión en la que, como calentamiento a su pelea, Gennady Golovkin le deseó buena suerte y Álvarez respondió: «La suerte es para los mediocres, mi amigo». También en esa oportunidad patentó otra frase que lo ha acompañado desde entonces y que irritó especialmente a sus detractores: «Cuando yo nací ya se había repartido el miedo».

En ese sentido, Álvarez emula la personalidad de varios nombres históricos en el boxeo. Por ejemplo, Floyd Mayweather Jr., que gozaba de jugar mentalmente con sus oponentes. Y le servía la mayoría de las veces. Al mismo estilo, Canelo ha generado una imagen de rival aspiracional: todos quieren pelear contra él, pero su voluntad es la que determina quién es digno de entrar al ring con él. Por el dinero, por el prestigio, por la oportunidad de hacerse conocidos.

Canelo tiene una autoconfianza que no es común ver reflejada de ese modo cuando se habla de peleadores mexicanos. Lo respaldan muchos éxitos y, en este caso, sería erróneo juzgar que pecó al responder si todas esas leyendas podrían derrotarle. La pregunta llevaba trampa y buscaba, justamente, hacer caer a Canelo en ese juego de soberbia que tanto escozor provoca.

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