«Voy a darle descanso mañana». Steve Kerr bromeó sobre el asunto sobre el que orbitan los partidos de los Warriors desde hace una semana: el récord de Stephen Curry. El susodicho se queda a dos. El próximo partido es en el Madison Square Garden, el pabellón más importante de la NBA y en el que será, salvo sorpresa, la caída de esa marca de triples en la fase regular que Ray Allen dejó en 2.973. Quizá esté siendo demasiado para todos. «Lo está intentando con mucho ahínco y será un alivio cuando lo rompa, para el equipo y para él», añadía el entrenador. ¿Puede ser que el récord esté eclipsando parte del juego? Ante los Pacers (5/15), como ante los Sixers (3/14) en el anterior encuentro, los porcentajes no están haciendo honor a un tirador de la fiabilidad de Curry, a diferencia de que en la visita a Indiana sí se llevaron la victoria al bolsillo aunque fuera en el último suspiro. Casualmente, lo que vino antes de la canasta ganadora de Kevon Looney fueron un triple primero y una bandeja después de Curry. Cada uno sacará sus conclusiones. Este 100-102 sirve para poner la 22ª en el casillero de los Warriors, que ante unos Knicks en cuadro podrían disfrutar a calzón quitado de otro momento histórico de su jugador más importante. 

Le costó entrar en calor a Curry (26), también a los Warriors. El rival necesita ir remontando posiciones en el Este si es que no quiere sacar ya los tanques y empezar a perder, algo no descartable viendo que ha puesto a sus estrellas a la venta en el mercado. Fueron los Pacers los que abrieron la primera brecha en el encuentro, una pequeña de ventajas en torno a los cinco puntos. Sabonis (30) dominó los ataques estáticos recibiendo en el poste bajo de la parte derecha y su equipo progresó con tino en el primer cuarto. En el segundo fue un parcial de 0-12 el que se llevó por tierra el dominio de los locales que, a pesar de ello, terminaron con ventaja ese periodo y se fueron con un válido +8 a los vestuarios. 

De nuevo en el tercero, bajón primero y estirón después de Indiana. El equipo de Kerr estaba más blando en los contactos y más lento en la defensa de las penetraciones. Sufría con el ritmo. El guión se volvería a repetir en el cuatro periodo. Looney (14) les mantuvo en el partido en los primeros minutos de esa manga decisiva y terminaría dando la victoria a los suyos con una canasta inverosímil hacia atrás después de un rebote ofensivo tocado por tres manos. Un jugadón de Brogdon (25) dejaba el +5 para los Pacers a falta de un minuto y medio, pero Curry se activó para meter un triple en la cara del lituano y luego una bandeja ganándole la carrera a Myles Turner. Con ello y con una posesión final caótica en la que nadie armó un tiro se dio por finalizada la noche, apretada y resuelta de esta forma.