Lo de Jokic es simplemente asombroso

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Lo de Jokic es simplemente asombroso

Ya es difícil, por no decir imposible, poner a algún europeo por delante de Nikola Jokic en lo referente a la historia de la NBA. Ni Tony Parker, Pau Gasol o, el mejor de todos, Dirk Nowitzki, tienen una carrera más destacada o algo que decir al respecto. Tampoco sus contemporáneos, Luka Doncic o Giannis Antetokounmpo. Y otra discusión sería qué lugar ocuparía en el Olimpo: con 29 años recién cumplidos (el pasado 19 de febrero) ostenta un currículum que muchos querrían en su retiro, con seis presencias en el All Star, cinco presencias en los mejores quintetos (tres en el primero), un MVP de las Finales de la Conferencia Oeste (un premio reciente), un MVP de las Finales y dos MVPs de la temporada. Antes de eso, destacó en la Liga Adriática, donde fue MVP antes de dar el salto a la NBA y parte de su quinteto ideal. Y fue subcampeón olímpico en 2016, una medalla ligeramente olvidada pero que justifica muchos de los fracasos que ha tenido con Serbia en campeonatos internacionales que tuvieron lugar en los siguientes años. Algo impresionante para un jugador atípico, extraño, pero increíblemente efectivo. Y que puso el broche de oro a un historial que no para de crecer.

Jokic mide 2,11 cm y pesa unos 130 kilos. Y es complejo en sus formas y fondo: en su relación con la prensa, la jocosidad a la que se refiere, su fina ironía y su humor soterrado le convierten en alguien atractivo de ver en (y ante) los medios. Su manera de dar prioridad a saludar a sus rivales tras ganar el campeonato antes que en iniciar ninguna celebración, también. Que se pase el verano con sus caballos y tomando cerveza, además de las fiestas que ha protagonizado en el pasado, también en la desgraciada época de la pandemia del coronavirus, han suscitado mucho interés. Y todo esto se une a su comportamiento en pista, con enfados visibles y tangibles que le han hecho valedor de varias técnicas y alguna que otra sanción y expulsión (también en el baloncesto FIBA). Pero también por su forma de jugar: con una visión de juego inapelable, históricamente buena, y unas capacidades para nada atléticas que no le impiden correr, botar, lanzar triples y ser efectivo en el rebote y en la intimidación. También en los puntos en la zona a pesar de su casi inexistente salto vertical, algo de lo que él mismo se jacta al asegurar que apenas hace mates. Todo un combo que le convierte en alguien muy especial. Único en su especie.

Los Nuggets ganaron a los Raptors (125-119) en un partido en el que llegaron a ir perdiendo de 22 puntos, pero en el que se esmeraron por remontar. No quieren sorpresas: el momento del letargo, alargado tras el merecido disfrute veraniego posterior al anillo, se ha acabado. Y ahora quieren acabar en el primer puesto de la Conferencia Oeste y sin sorpresas. Lo tienen ahí: van segundos, a medio partido de los Thunder. Y Timberwolves y Clippers aprietan por detrás, pero los primeros se han quedado sin Karl-Anthony Towns y los segundos son demasiado mayores y están demasiado castigados físicamente como para hacer un esfuerzo extra en esta parte de la temporada. Probablemente, se encomienden a un duelo en primera ronda ante los Pelicans, una perita en dulce en el conglomerado del Oeste por ser, seguramente, el rival más sencillo, el que quiere todo el mundo al inicio. Pero el atasco es tal que especular es difícil y jugar a las matemáticas también. Por eso los Nuggets, que suman su cuarta victoria en los últimos cinco partidos, lo tienen claro: a por todas.

Y Jokic lo sabe: lideró la remontada con 35 puntos (14 de 26 en tiros), 17 rebotes, 12 asistencias, 6 robos y 3 tapones. Los Nuggets se impusieron por 74-51 a los Raptors en la segunda mitad, con 19 tantos del Joker en el tercer cuarto. De nada sirvieron lo seis jugadores de los Raptors que superaron la decena de dígitos en anotación, con 24 de Kelly Olynyk y 26 de RJ Barret. Sí los 26, con 5 rechaces y 12 pases a canasta, de Jamal Murray, que repartió más de 10 asistencias en un partido de forma simultánea a su compañero serbio por cuarta vez en su carrera, algo que ninguna pareja ha conseguido antes. Por su parte, Michael Porter y Aaron Gordon se fueron a 19 por barba. Pero qué más da: todos los ojos estaban puestos en Nikola Jokic, que logró su triple-doble número 21 esta temporada…. y el 126º en su carrera, en la cuarta posición histórica y a 12 del pódium que cierra Magic Johnson. Un jugador absolutamente generacional. “No quieres abandonar. Estábamos simplemente peleando. Todo el equipo ha peleado hoy y le demostramos a todo el mundo que no nos damos por vencidos”, dijo después del partido. Ahí queda eso.

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