Verstappen no tiene rival

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Verstappen no tiene rival

El neerlandés Max Verstappen (Red Bull) aumentó aún más su ventaja en el Mundial de Fórmula Uno al ganar este domingo el Gran Premio de Gran Bretaña, el décimo del campeonato, que se disputó en el circuito de Silverstone (Inglaterra); donde los españoles Fernando Alonso (Aston Martin) y Carlos Sainz (Ferrari) acabaron séptimo y décimo, respectivamente.

Verstappen, de 25 años y que apunta claramente a un tercer título seguido, firmó su cuadragésima tercera victoria en la F1, la octava de la temporada y la sexta seguida, al ganar -con vuelta rápida incluida- el Gran Premio británico por delante de dos ingleses, Lando Norris (McLaren), que acabó segundo; y el séptuple campeón mundial Lewis Hamilton (Mercedes), que los acompañó en el podio de una carrera en la que el mexicano Sergio Pérez (Red Bull) volvió a protagonizar la remontada, al acabar sexto después de haber salido decimoquinto.

Teniendo cada vez más claro que sólo una tragedia separa del éxito al siempre tan voraz como talentoso ‘Mad Max’, la afición local festejó este domingo las dos plazas de honor que ocuparon, al lado del astro neerlandés, Norris -que igualó su mejor resultado en la F1- y Hamilton, que subió por decimocuarta vez al podio en un circuito en el que nadie iguala sus ocho triunfos. El australiano Oscar Piastri, de lejos el mejor debutante de la temporada, completó una sensacional jornada para McLaren al acabar cuarto y firmar de esa manera su mejor resultado en su aún corta carrera en la categoría reina.

Pero el vencedor, una vez más, a bordo del invencible RB19 diseñado por el estelar ingeniero inglés Adrian Newey -auténtico genio de la aerodinámica- fue Verstappen. Que, de momento, este año gana el ochenta por ciento de las carreras en las que participa. Un porcentaje que aún podrá mejorar, con creces incluso, en las doce carreras que quedan antes de que el Mundial se cierre, a finales de noviembre, en Abu Dabi.

Este domingo, la escudería austriaca, que volverá a anotarse sin problemas el Mundial de constructores, siguió lustrando su palmarés. En 1988, McLaren, para la que pilotaban dos leyendas como el francés Alain Prost y el brasileño Ayrton Senna, ganó las once primeras carreras de la temporada. Esa marca la tiene a tiro de uno Red Bull, que este domingo firmó -sumando la de la última prueba del año pasado, que también ganó ‘Mad Max’- su undécima victoria seguida.

El súper-depredador neerlandés lidera ahora con 255 puntos, 99 más que ‘Checo’ y con 118 de ventaja sobre el doble campeón mundial asturiano; que avanzó dos puestos y bastante hizo con acabar séptimo en un circuito con curvas rápidas que se le atragantaron, de nuevo, al Aston Martin.

Absolutamente nadie hubiese apostado por otra cosa que no fuera una victoria de Verstappen; que ‘calentó’ el viernes liderando las dos tablas de tiempos de los ensayos libres y que había firmado el sábado su vigésima séptima ‘pole’ en la categoría reina: la séptima del curso y la quinta seguida.

Como quiera que Verstappen come aparte; la calificación decidió quiénes saldrían por detrás de él este domingo. Con condiciones cambiantes, había sido emocionante y movida; y decidió una parrilla poco habitual, en la que McLaren -que confirmó en carrera su gran actuación del sábado- había colocado a Norris segundo y a Piastri -que sin el ‘safety car’ que salió a pista este domingo seguramente hubiese subido al podio-, tercero.

Por detrás se ordenaron los Ferrari del monegasco Charles Leclerc y de Carlos -ganador hace un año y quinto en la calificación- y los Mercedes de George Russell -quinto este domingo- y de Hamilton.

Alonso arrancaba noveno, al lado del francés Pierre Gasly; y por detrás del tailandés Alex Albon, que acabó coronando, con el octavo puesto, un buen fin de semana en los fastos que conmemoran el Gran Premio número 800 de su escudería, Williams; que realmente se cumplirán en Hungría, dentro de dos semanas, pero que antes de que se suspendiera -a causa de la tragedia derivada del diluvio- el GP de la Emilia Romagna, estaban fijados para ‘su’ prueba de casa.

‘Checo’, después de otro sábado para el olvido en el que quedó de nuevo eliminado en la Q1, buscaba otra remontada desde el decimoquinto puesto -el mismo desde el que había ascendido hasta el tercero en Austria-, y lo logró, pero tardó en empezar a avanzar entre el grupo y se tuvo que conformar con la sexta plaza final

Los primeros doce en parrilla salieron todos con el neumático medio, salvo Russell, que lo hizo con el blando; y el alemán Nico Hülkenberg (Haas), que arrancó con los duros.

Norris se atrevió a discutir la autoridad de ‘Mad Max’ y lo rebasó en una gran salida, en la que casi también lo adelanta el otro McLaren, el de Piastri. Russell pasó a Sainz, sexto, por delante de Alonso, que había ganado una plaza al irse largo Hamilton en la cuarta de las 18 curvas de la pista que albergó, en 1950, la primera carrera de la historia de la F1.

Verstappen colocó las cosas de nuevo en su sitio en la quinta de las 52 vueltas, en la que rebasó a Lando y tomó el liderato de la carrera. Dos antes de que Sir Lewis superara a Alonso y se colocara entre los dos españoles; en espera de si se confirmaba el pronóstico de ligera lluvia; que no llegó a cumplirse. En una prueba en la que no pocos se quejaron del viento.

En la 19 paró Leclerc, para instalar el duro y evitar un ‘undercut’ de Russell, que no degradaba en exceso el blando con el que había arrancado. Cuando Gasly seguía atacando duramente a Alonso; y Verstappen comenzaba a marcar vueltas rápidas.

Un par de giros después, Russell dio cuenta de Carlos, para mayor alegría de Mercedes, desde cuyo box siguió la carrera Pep Guardiola, el genial técnico de Santpedor que lideró la temporada pasada el histórico ‘triplete’ balompédico del Manchester City. Sainz paró en la 27 y puso el duro. ‘Checo’, ya en zona de puntos, instaló el blando dos vueltas después; cuando Russell puso el medio, en una parada lenta que lo devolvió a pista por detrás de Leclerc; al que, no obstante, tardó muy poco en pasar.

En la 33 se incendió el motor del Haas de Kevin Magnussen, por lo que se decretó ‘safety car’ virtual, antes de que entrase en pista el coche de seguridad «real». Algo que benefició algo a Alonso, que no había parado y aprovechó para hacerlo y poner el blando con el tiró hasta meta; y, sobre todo, a Hamilton, que hizo lo propio y regresó a pista tercero, por detrás de Max y de Lando, amenazado por el neumático suave que llevaba el Mercedes de Sir Lewis.

Piastri era cuarto, por delante de Russell y de Alonso. Sainz -con el duro- circulaba séptimo, antes de afrontar un final que dejó en los dos últimos puestos de puntos a los Ferrari; muy lejos aún de donde desearían. Con ‘Checo’, otro de los beneficiados por el coche de seguridad, octavo.

El ‘safety’ se fue a falta de catorce vueltas. Sin el DRS, Norris se defendía como podía, pero taponaba a Hamilton, por lo que Verstappen se despidió a las primeras de cambio, rumbo a su ochenta por ciento triunfal en lo que va de año.

Carlos, con el duro, perdió posición con ‘Checo’, con Albon y, finalmente, con Leclerc; que acabaría noveno, un puesto por delante de él. Hamilton atacaba con tesón a un Norris que se defendió como gato panza arriba y que, a los 23 años, acabó subiendo por séptima vez a un podio en F1; categoría en la que igualó su mejor resultado hasta la fecha.

Alonso sufrió a ‘Checo’ y a falta de cinco vueltas cedió ante el mexicano, en un final loco en el que hubo varios excesos de los límites de pista y en el que se formó un tren del DRS por detrás del doble campeón mundial asturiano; que volvió a demostrar que lleva un ordenador en la cabeza y que sus manos son de oro.

Ninguno pudo con él; y, en una pista adversa a las prestaciones del coche verde -en la que festejó dos de sus 32 triunfos en la F1-, volvió a optimizar recursos para acabar séptimo.

El genial piloto asturiano apuntará de nuevo a su tan ansiada victoria ’33’ dentro de dos fines de semana, en el Hungaroring, sede del Gran Premio de Hungría: donde, hace ya casi veinte años, asombró al mundo al firmar la primera.

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