El Real Madrid cerró este miércoles su gira estadounidense con una derrota por 1-3 contra el Juventus en Orlando, en un partido en el que su enorme esfuerzo ofensivo solo fue premiado con un gol del brasileño Vinicius y en el que la defensa blanca volvió a quedar señalada por su fragilidad.

Tras perder 0-3 el Clásico de Dallas contra el Barcelona, el Madrid volvió a caer ante el Juventus en el Camping World Stadium de Orlando ante los goles del italiano Moise Kean, el estadounidense Timothy Weah y el serbio Dusan Vlahovic, cuando faltan diez días para el comienzo de LaLiga con la visita al Athletic Club.

Carlo Ancelotti repitió 4-4-2 con rombo en el centro del campo y Jude Bellingham detrás de Vinicius y Joselu. El Madrid jugó con soltura y disparó más de treinta veces hacia la portería rival, pero le faltó pegada y, en defensa, el equipo sufrió mucho para encontrar equilibrio.

Se jugó en un ambiente de gran entusiasmo, en un estadio repleto de aficionados pese a que el equipo local, el Orlando City, jugara al mismo tiempo un importante partido de Leagues Cup contra el Inter Miami de Leo Messi. Entre los invitados especiales estuvo el brasileño Ricardo Kaká, exmadridista, que se quedó varios minutos firmando autógrafos.

El Madrid, que compitió con una edición especial de su segunda equipación con dorsales inspirados en el Pop Art, alineó un once con siete cambios respecto al Clásico. Solo Thibaut Courtois, Eduardo Camavinga, Bellingham, de enganche, y Vinicius, de delantero, repitieron. Fran García y Vázquez entraron en los laterales, con Antonio Rudiger y Nacho Fernández en el centro de la defensa; regresaron el croata Luka Modric y el alemán Toni Kroos en el centro del campo, mientras que Joselu acompañó a Vini en la delantera.

FRAGILIDAD DEFENSIVA BLANCA

No pudo empezar peor el partido para el Madrid. Tras apenas 50 segundos, Kean adelantó al Juventus al rematar a placer un balón suelto tras un disparo al poste de Weah.

Los hombres de Ancelotti ganaron metros y jugaron con calidad en la delantera, pero les costó encontrar solidez defensiva y, en el 20, el propio Weah amplió distancias tras una jugada rápida del Juventus por la banda izquierda.

Por tercera vez en cuatro partidos de esta pretemporada, el Madrid estuvo abajo en el marcador. Pero como ya visto ante el Milan, los hombres de Ancelotti supieron reaccionar y convirtieron el resto del partido en un monólogo, con constantes llegadas ofensivas de peligro y disparos desde prácticamente todas las zonas de la mitad de campo rival.

VINICIUS, ELÉCTRICO

Y tras un gol perdonado por Joselu y una gran parada de Szczesny a Bellingham, el Madrid recortó distancias. Tras una recuperación de balón, Kroos conectó un maravilloso pase vertical de 50 metros para liberar la velocidad de Vinicius, que se escapó del marcaje de Bremer y definió con elegancia para subir el 1-2 al luminoso.

El brasileño creó peligros de forma constante y llevó al límite a la defensa de tres del Juventus, en la que Danilo llegó, con tono de broma y con el juego parado, a agarrar a Vini de la camiseta como para pedirle que parara de encararle con el balón. Los dos internacionales cariocas intercambiaron una sonrisa.

Rudiger, con un derechazo desde fuera del área, y Vázquez cerraron la primera mitad con unos peligrosos remates desde fuera del área y el empuje siguió sin pausas al comienzo de la reanudación.

UN FINAL CON POLÉMICA

Joselu volvió a perdonar a la hora de partido, tras una gran jugada de Modric para abrirle espacios, y Valverde, saltado al campo segundos antes, rozó la igualada con un derechazo desde los 30 metros que fue repelido por el larguero.

La madera marcó esta pretemporada madridista, tras repeler hasta cinco disparos en el Clásico perdido contra el Barcelona.

Además, en el 90, Enzo Barrenechea derribó a Rodrygo dentro del área, pero el árbitro pitó la falta fuera. Sin VAR, no se cambió la decisión y el Madriid no logró aprovechar la falta.

Con el equipo de Ancelotti volcado al ataque, el Juventus sentenció el duelo en el 95 con una jugada al contragolpe culminada por Vlahovic tras un centro de Barrenechea.