Cae el viejo orden, el que durante una década instauraron tiránicamente Leo Messi y Cristiano Ronaldo, y surge uno nuevo que, sin embargo, es igual de viejo que el anterior. Desde este jueves, Robert Lewandowski es The Best, oficiosamente el mejor futbolista del mundo, derrotando a las dos grandes leyendas de este siglo. Pero, como Luka Modric en 2018, recoge el testigo superada ya la madurez, avistando más cerca que lejos el ocaso de su carrera deportiva. El croata ganó el Balón de Oro con 33 años y ahora el ariete del Bayern el The Best con 32. En ambos casos, sirve el premio como reconocimiento a una carrera prodigiosa pero casi siempre insuficiente para los grandes premios por el esplendor de los dos grandes tótems de la época. En el inicio de su teórico declive, encontraron al fin el foco.
Lewandowski encarna así un relevo a corto plazo, a la espera de que una nueva generación reclame el cetro mundial. Aspiraron a él en los últimos años Neymar, Griezmann, Salah, Mané, Van Dijk o De Bruyne, todos ellos entre los 28 y los 29 años, pero sucumbieron ante sus mayores, al menos hasta ahora. Más de uno, todo sea dicho, bien habría podido merecer un espacio en el podio de este 2020, al igual que Kimmich (25). Para pensar en que el testigo lo recojan hombres como Mbappé (21) o Haaland (20) todavía falta bastante tiempo. Y es que ,en la época de apariciones de estrellas todavía adolescentes, la élite continúa instalada en la esplendorosa treintena de hombres como Lewy.